Creatividad: la fase de conceptualización

Publicado el 11 enero 2016 por Javier Díaz Sánchez @javierdisan

¿Cómo lograr que las personas que nacen creativas lo sigan siendo a lo largo de toda su vida? Partiendo de que la creatividad es una capacidad innata en el ser humano, ésta es la gran pregunta que nos podemos plantear desde el ámbito de la educación. Sobre todo porque sabemos que tras el paso por el sistema educativo, los alumnos y alumnas pierden parte de su potencial creativo como ya expliqué en el post " la conducta no creativa es aprendida ".

En los últimos años ha crecido el interés por la creatividad y una parte del profesorado ha puesto su empeño en incorporar esta competencia dentro de su labor docente pero el grado de éxito está siendo bastante dispar. Ya sea por falta de apoyo institucional, porque algunos docentes no disponen de suficientes conocimientos sobre el tema o porque falta constancia y coherencia en los proyectos que se acometen, el impacto sobre el alumnado a menudo queda reducido a la mera anécdota. Los esfuerzos individuales de profesionales comprometidos no son suficientes. Trabajar la creatividad en el aula necesita el apoyo de toda la comunidad educativa y requiere de cierta sistematización y metodología de trabajo. Y es un tema que nos urge porque los desafíos de hoy no son los mismos que hace varias décadas. Nuestros alumnos se enfrentan a un entorno complejo lleno de incógnitas y de incertidumbre, y en este contexto, la capacidad de crear y descubrir son más importantes que el ajuste a un modelo estándar de pensamiento.

Si queremos desarrollar la creatividad de nuestros alumnos, en primer lugar, deberíamos fijar una hoja de ruta, identificando las fases más importantes en el proceso creativo. Este plan de trabajo nos ayudará a avanzar con nuestro alumnado pasando de una fase a otra siguiendo un orden lógico y coherente. Ten en cuenta que disponer de un método, de una cierta sistematización, ayuda a que vayamos interiorizando los pasos necesarios para que ese caudal de creatividad pueda concretarse en resultados tangibles. Igual que cuando aprendemos a conducir tenemos que automatizar una secuencia de pasos (abrocharse el cinturón, girar la llave de contacto, pisar el embrague, meter la primera marcha, acelerar suavemente, etc.), a la hora de trabajar la creatividad también conviene apoyarnos en un protocolo que agilice este proceso.

Formación de conceptos en el proceso creativo

Cuando intentamos aplicar la creatividad a la resolución de un problema, lo que primero que tenemos que hacer es "conceptualizar" ese problema. Según la definición que encontramos en wikipedia, los conceptos "son las unidades más básicas de toda forma de conocimiento humano"; construcciones o autoproyecciones mentales, por medio de las cuales comprendemos las experiencias que emergen de la interacción con nuestro entorno.

"al formar conceptos el hombre engendra, captura o concibe ideas: señala límites, marca fronteras y separa un objeto conceptual de otro" (González y Roitman, 2006 p. 11).

Así pues, podríamos decir que el proceso de conceptualización es la actividad mental mediante la cual somos capaces de abstraer y sintetizar información del medio para formar una estructura de conocimiento que nos ayude a comprender alguna parte de la realidad. Dicho de otra forma, si la creatividad es la capacidad mental para producir ideas eficientes y originales, usar el pensamiento creativo en la resolución de un problema nos lleva necesariamente a un punto de partida, la comprensión del problema.

El más alto y puro entender trae el más alto y puro gozar. Santa Teresa

Por otro lado, la creatividad está claramente vinculada a cómo codificamos la información, por eso una de las áreas que despierta mayor interés desde el ámbito de la psicología es el estudio de los procesos mentales relacionados con el procesamiento de la información. Ten en cuenta que la conducta de las personas y su pensamiento creativo viene determinado en gran medida por cómo interpretamos los eventos que nos rodean. Esto explicaría algunas diferencias interindividuales, ya que las acciones de selección que ponemos en juego durante la percepción definen en gran medida los detalles que la mente abstrae en el momento de formar un concepto. Por tanto, uno de los primeros objetivos que nos podemos plantear cuando trabajemos con los alumnos en el aula sería poner de manifiesto la diversidad de modelos mentales.

Cómo ayudar a tus alumnos a conceptualizar

Te propongo que plantees a tu alumnado un proyecto común, un reto sobre el que puedan comenzar a explorar (por ejemplo, cómo reducir el impacto de las actividades humanas sobre el medio ambiente a pesar del crecimiento demográfico, etc...). Evidentemente debes plantear un reto que vaya acorde a la edad de tus alumnos. Además, ten presente que lo importante son los aprendizajes que ellos mismos obtendrán en el proceso de exploración, ideación, confrontación de opiniones, toma de decisiones compartidas, etc. Para ello, el rol del docente debe ser como el de un buen director de orquesta, marcando el ritmo, motivando a los músicos y poniendo en valor la combinación de instrumentos. Pero como señalaba antes, el primer hito a cubrir en un protocolo de creatividad es que los participantes comprendan claramente el problema a resolver o, siguiendo con el ejemplo anterior, que los músicos sepan o se pongan de acuerdo en qué pieza van a tocar.

Para ayudar a tus alumnos a conceptualizar puedes apoyarte en algunas de estas ideas que te propongo:

  • pedirles que expresen verbalmente qué han entendido del problema
  • hacer que definan el problema con sus propias palabras
  • preguntarles cuáles son los aspectos más significativos o cuáles desean resolver realmente (si es un problema muy complejo)

En próximos post iré profundizando en el resto de fases de un protocolo de creatividad.

Psicólogo / Humanista digital / Emprendedor Ayudo a empresas y organizaciones en sus procesos de cambio y transformación. La consultoría de formación es una de mis herramientas de trabajo para lograr resultados tangibles.