Países tan potentes y decisivos como Estados Unidos, Israel, Francia y Gran Bretaña parece que están hoy más cerca y en armonía con Marruecos que con la extraña y errática España de Pedro Sánchez, cuyo gobierno, aliado con comunistas e independentistas, genera desconfianza y recelo entre sus aliados.
El sanchismo es cada día más una amenaza de muerte para España.
Ahora que un conflicto armado con Marruecos parece cada día más real, se comprende que haber entrado en la OTAN aceptando que Ceuta y Melilla quedarán fuera de la protección colectiva fue un grave error u otra de las traiciones del socialismo español.
La colocación de una potente antena gigante en el paso fronterizo con Melilla es otro movimiento marroquí que alimenta la amenaza. Ese equipo, según los expertos, parece destinado a escuchas telefónicas y a causar interferencias en las comunicaciones españolas.
Mientras Marruecos se rearma con fuerza, moderniza sus equipos militares y acentúa el entrenamiento de sus militares, sobre todo de pilotos y marinos, el gobierno de Sánchez está más pendiente de controlar políticamente al ejercito español, nombrando altos oficiales de su cuerda y debilitando de ese modo la cohesión y la moral de la milicia.
Las fuerzas armadas españolas son todavía superiores a las de Marruecos, pero la diferencia es ya casi insignificante y no afecta a determinados cuerpos, como en los blindados, donde <Marruecos posee carros más modernos y potentes, y en el equipamiento de misiles antiaéreos y anti buques, donde Marruecos ha recibido material ultramoderno.
Las encuestas reflejan que los ciudadanos españoles desconfían de la pretendida amistad hispano marroquí que el gobierno de Pedro Sánchez exhibe como triunfo y que también temen una confrontación militar futura.
Francisco Rubiales