Mucha gente está convencida de que solo los creyentes en su fe son los buenos, los que entrarán al paraíso son sus correligionarios, por supuesto ellos son los verdaderos patriotas. La desconfianza hacia los otros se extiende rápidamente, los otros son vecinos y colegas de trabajo, son las diferentes, son los otros partidos y líderes que representan a otra gente, convecinos que piensan distinto, visten, sexualizan y rezan diferente. Estamos presenciando la victoria entre los partidos clásicos de las ideas de aquel republicano de EEUU, Newt Gingrich, al que Casado copia, y Aznar copió. Igual que los independentistas.
Levitsky y Ziblatt cuentan en ‘Cómo mueren las democracias’, editorial Ariel, 2018, el ascenso de Newt Gingrich en el Partido Republicano desde 1978, -llegó a presidente de la Cámara de Representantes en 1994- la extensión de sus ideas no hizo más que crecer incendiando el ambiente ‘’no necesitamos líderes cautelosos, prudentes, cuidadosos, anodinos e irrelevantes… lo que de verdad necesitamos son personas dispuestas a librar un combate acalorado…’’ así para hablar de los adversarios se fueron extendiendo los epítetos: corrupto, enfermo, traidor, felón, enemigo, antipatriota, demoníaco, destructor del país, los otros son inmorales, terroristas, aniquiladores, culpables, vende patrias, … lo cual fue prendiendo en las mentes de la gente para definir a los diferentes, y como consecuencia de ello y del miedo a la inseguridad, no quedará otra salida que eliminarlos política y socialmente y, vaya usted a saber el final cual será. Por ahora sabemos que la democracia se va agrietando y los problemas de la ciudadanía acumulándose sin resolver.
Pew Research Center, realizó un informe titulado ‘Partidismo y animosidad política en 2016’ cuyo subtítulo era muy significativo ‘Opiniones altamente negativas de la parte contraria - y sus miembros’, de dicho estudio informe se recogen algunos datos citados, leerlo todo él es muy interesante para el momento que vivimos, a una mitad de la población le da miedo la otra mitad, y a los otros les dan miedo los de enfrente, por descontado afirman por mitades en ambos lados que casi nunca están de acuerdo con sus políticas u opiniones. La idea de ver al otro como amenaza, aumenta en los datos de encuestas en los últimos tiempos, -en 2 años aumenta en unos 12 puntos porcentuales-. De los resultados del estudio ya teníamos percepciones aquí en nuestro terreno, cuanto más comprometidos políticamente más extremo-negativos respecto a los contrarios, cuanto más aguerridos los militantes más posibilidades de entrar en puestos relevantes del partido, electoralmente son más participativos cuanto más negativistas respecto a los otros, -ello indicará que los votantes a VOX pueden aumentar de lo que recogen las encuestas, porque se movilizarán más que los tibios el día de la votación-. (Los cuadros aquí mostrados proceden de 'Partidismo y animosidad política en 2016')
Las ideas se siembran, luego pueden recogerse resultados, que lógicamente dependerán de lo sembrado y sus cuidados. Los resultados para la calidad democrática pueden ser horribles. Nathan Kalmoe y Lliana Mason, de la Universidad del Estado de Louisiana, realizaron un estudio, al que hace referencia el artículo aquí enlazado, en el que un 60% de militantes demócratas o republicanos, consideran al otro partido una amenaza para ellos y para EEUU. Los cambios son alarmantes porque provienen de 1960 en el que menos del 5% de militantes demócratas o republicanos mostraba rechazo a que sus hijos pudieran casarse con militantes del otro partido. ‘Sí, la retórica política puede incitar a la violencia’. Escribe Nathan Kalmoe.
En una serie de experimentos que realicé en 2010, descubrí que la exposición a metáforas políticas levemente violentas como "luchar por nuestro futuro" incrementó el apoyo general a la violencia política entre personas con personalidades agresivas.'' -------------------------------
Durante los tiempos de la pandemia covid19, la estrategia de la crispación puesta en marcha por PP y Vox -de la que parece no está participando C’s-, tiene como objetivo arrinconar y derribar al gobierno legalmente establecido, dicha estrategia está generando la fascistización de amplios sectores sociales, se equivocan quienes piensan que es una particularidad española, como si entre los crispadores somo estuviera una muestra del franquismo sociológico, como en el resto de Europa y otros lugares del mundo, se suman a la crispación nuevas hornadas de ultras, en gran medida con conexiones internacionales. Lo que sí está claro es que nunca conducirán a nada bueno dejando instalado en la sociedad un nuevo virus, peligrosísimo para la convivencia, que imposibilita resolver problemas y mejorar las condiciones de vida del conjunto de la ciudadanía. Merece traer de nuevo una reflexión sobre la violencia política que publiqué hace un año. Manuhermon. Publicado en ‘Arian seis’ el 25 de abril de 2019.