Sucedió en Beijing (China) y cuando se extirpó el diente de león ya había crecido dos centímetros y había florecido en parte.
Al parecer los padres de la niña dijeron que su hija se había estado quejando de un dolor de oído durante cuatro meses, después la niña empezó a rascarse, fue entonces cuando la madre vio en el interior del oído que había "algo".
Afortunadamente y a pesar de la tardanza, la planta pudo ser sacada del interior de la niña antes de que ocasionara más daño.
El doctor explico que las condiciones cálidas y húmedas del oído permitieron el crecimiento de la planta en su interior.
No es la primera vez que encuentran alguna cosa rara en el interior de un oído, tenemos el caso de una mujer que tenía el oído lleno de gusanos que comían carne y otra que tenía una araña viviendo en su interior.
Fuente: planetacurioso.com