Un nuevo estudio ha logrado relacionar el crecimiento acelerado durante los tres primeros meses de vida con el asma infantil, teniendo en cuenta datos de más de 5000 niños. Este estudio ha sido publicado en The American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine.
Se ha logrado constatar que los bebés que crecen más rápidamente en esos primeros meses de vida son los que tienen más probabilidades de acabar desarrollando asma infantil.
Se han comparado estos bebés con los de crecimiento normal, viendo que los que aumentaban más el peso tenían un 44% de posibilidades más de presentar silbido al respirar, el 22% disnea y el 30% flemas persistentes. Esto también demuestra el hecho de que es en la infancia donde se propicia más el desarrollo del asma.
Todavía es un estudio preliminar que no especifica mucho, pero sí que tenemos que tener en cuenta que la lactancia materna exclusiva en los primeros meses reduce el riesgo de asma en la infancia. Se pretende seguir la línea de la investigación teniendo en cuenta la alimentación que se recomienda a los bebés, sobre todo en el asma infantil.
El asma infantil es un problema que se debe evitar y atajar, por lo que hay que buscar las mejores formas para prevenir e impedir en el mayor grado su desarrollo. Al parecer, esto se puede basar en la alimentación, por lo que van a ser necesarios más estudios que demuestren el papel de la alimentación y la correcta nutrición de cara a prevenir el asma infantil.
Todavía este estudio no demuestra la causa correcta ni otros aspectos, sin embargo es un paso más hacia el camino en que la leche materna asume un papel importante en la prevención del desarrollo del asma.