Revista Cultura y Ocio

Crecimiento humano-espiritual en el itinerario de santa Teresa de Jesús

Por Maria Jose Pérez González @BlogTeresa

Crecimiento humano-espiritual en el itinerario de santa Teresa de Jesús«Crecimiento humano-espiritual en el itinerario de santa Teresa de Jesús» es el título del Trabajo Fin de Máster en Teología del carmelita descalzo Héctor Cáceres Zalazar. Fue presentado en junio de 2018 en la Universidad Pontificia de Comillas (Madrid) y dirigido por el profesor Juan Antonio Marcos Rodríguez, ocd.

Consta de los siguientes capítulos:

  1. Modelos de Madurez
  2. Experiencia cristiana y psicopatología
  3. Mística y proceso de unificación de la persona
  4. Teresa, sierva del amor

Tal como señala el autor, este estudio versa sobre “la estrecha vinculación que existe entre el crecimiento humano y espiritual en el proceso protagonizado por Santa Teresa de Jesús”. Así presenta Héctor Cárceles, en la Introducción, el contenido de cada uno de esos capítulos:

«El primer capítulo refleja la voluntad de una aproximación interdisciplinar entre espiritualidad y psicología, de lo cual se pretende dejar constancia en el desarrollo del trabajo. La espiritualidad, con base en la antropología teológica, nos permite afirmar que el ser humano es un ser para la trascendencia y en la medida que realiza esa vocación se desarrolla y plenifica.

La psicología contribuirá a estudiar cómo esa apertura a lo trascendente se concreta en el ser humano en su comportamiento que tiende a la unificación permitiendo establecer, sobre las características de cada persona, sus posibilidades y dificultades.

El tema encierra múltiples consideraciones, no pretende agotarse en estas páginas, admite un desarrollo intelectual y vivencial que otorgarán una mayor riqueza a la perspectiva que presentamos. Haciendo realidad la propuesta teresiana de apertura a la trascendencia consideramos que se puede llevar a cabo un auténtico camino de crecimiento y transformación de la realidad. No importa nuestra condición, la opción de vida realizada, sino tener clara la motivación y la apertura a lo trascendente para alcanzar el objetivo.

El segundo capítulo recorre las diferentes cuestiones patológicas atribuidas a Santa Teresa que coinciden con el auge que experimenta la psicología como ciencia en el siglo XIX, previo a la celebración del tercer centenario de su muerte. El objetivo es hacerse eco de aquello que es atribuido a una figura que había sido exaltada desde la Historia, las Artes y las Letras, y a quien ahora le llegaba la hora de verse cubierta con un paño de sombras. Se comienza a explorar en el mundo de la mente y la Santa abulense será una paciente más en el diván de tantos especialistas que desde la interpretación de sus escritos irán atribuyéndole diferentes patologías y enfermedades mientras examinan su psique y sus éxtasis. Realizaremos un breve recorrido por las teorías elaboradas para, en capítulos posteriores, contrastarlo con un itinerario de vida ya realizado.

En el tercer capítulo se pretende, en primera instancia, destacar que Teresa es una mujer consciente de la fragilidad de su salud pero que asume el reto de corresponder a la voluntad divina desde esa realidad. Desde esta actitud se abre para ella un camino de novedad insospechada, donde el protagonista principal de la historia será el propio Dios y no ella. El camino que ella transita no es exclusivo: irá dejando huellas capaces de seguir que suponen una invitación que se antoja accesible para todo cristiano deseoso de penetrar en la profundidad de la vida cristiana.

Abundará en la trayectoria realizada que hará evidentes los frutos que se producen en toda su existencia. Afrontaremos el proceso teresiano como esa apertura a la trascendencia que posee una identidad concreta. No estamos hablando de una idea, sino que dicha trascendencia posee el rostro de Cristo, hombre perfecto, él es nuestro «dechado», el que anima, impulsa y sostiene en el camino, desde esa experiencia descubrimos un itinerario válido también para nuestros días y en total consonancia con la propuesta del Magisterio de la Iglesia, el cual exhorta permanentemente a dirigir nuestra mirada a Cristo, palabra del Padre que visita nuestra historia.

Finalmente, en el capítulo cuarto, presentamos aquello que para la experiencia teresiana es el culmen del camino: «ser siervos del amor». Su trayectoria comienza con el encuentro personal con la humanidad de Cristo y desde él recibe la gracia necesaria para entregar toda su vida en un permanente acto de configuración con Aquel que es la imagen del hombre perfecto. Elemento clave para este proceso será la oración entendida como trato de amistad.

Desde estas coordenadas Teresa desea proponer un ideal de vida que encierra aquello que es esencial en una experiencia espiritual verdadera: amar y ser amado en lo concreto del día a día».

Felicitamos al autor por este trabajo y os invitamos a leerlo, ya que está disponible en acceso abierto en el repositorio de la UPCO, en este enlace.

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