Crecimiento y trabajo asalariado.

Publicado el 07 abril 2017 por Matapuces



El crecimiento ha sido y es un proceso de acumulación de dinero y Capital a partir de la división de la sociedad en jerarquías promovido por el Estado para imponer la fe en la técnica y teconología como sistema de progreso y modernización basado en el desarrollo de las fuerzas productivas que el Capitalismo ha puesto en marcha y que ha servido como trampa para encubrir la falsedad del crecimiento, provocando a medida que ha transcurrido el tiempo desde su creación como sistema de dominación más desiguadad entre los integrantes de la sociedad y por ende más misera y pobreza material y espiritual. 

De modo que la modernización a partir de la técnica y tecnología ha sido y es un engaño para mantenernos en estado de sumisión y anestesiados. La tecnología ha sustituido a la religión como medio de control espiritual que utiliza el Capitalismo para someternos y que incide también en la economía para controlar los procesos de producción que genera el Capital y que atañen a la vida de todos los seres que habitan este planeta, destruyendo su habitat y dañando continuamente los ecosistemas de la Naturaleza que son el sustento de la vida humana, provocando guerras que reproducen las crisis sistémicas generadas por el Estado y el Capital para aumentar constantemente los beneficios económicos y políticos de la élite de Poder.

Si la esfera espiritual atañe a la vida contemplativa y la esfera material a la vida productiva, la prevalencia de ésta sobre aquella configura las sociedades capitalistas de degradación y destrucción en las que nos hallamos inmersos. Por lo tanto la esfera espiritual es la que debe prevalecer sobre la esfera material para que de este modo sea el individuo y la sociedad quien pueda controlar la economía y supeditarla a sus necesidades y no al revés como ocurre en la actualidad, al convertirse los mercados que producen mercancías en entes autónomos que junto con la Banca y el Estado rigen las vidas de los individuos y deciden inexorablemente su futuro.

La adaptación al sistema de dominación o en último término a la sociedad por medio del trabajo asalariado como medio de supervivencia y de realización (en pocos casos) supone una contradicción que parece ser insalvable, a saber, la sensación de inutilidad ante la falta y la imposibilidad de encontrar trabajo y por ende de sustento que tiene el desempleado al quedar al margen de la sociedad empleada. Y que suele provocar también en la inmensa mayoría de los casos un desasosiego y un vacio espiritual permanente que sólo se puede contrarrestar por medio del entretenimiento de los "miedos de manipulación" y el consumo de drogas legales e "ilegales" que nos ofrece constantemente el sistema.