, dirigida por el joven cineasta Ryan Coogler ha sido la primera sorpresa del año, para los fanáticos de la saga de Rocky sin duda no quedarán decepcionados al ver que se hizo un gran trabajo en esta película en todos los ámbitos. Porque este si se convierte en un spin off de los buenos, no de esos que solo quieren engrosar la bolsa de dólares sin argumentos detrás.
La historia que nos trae Creed, es la de un joven que renuncia a su trabajo dentro de una oficina por seguir su sueño de pelear y formarse un nombre como el de su padre, Apollo Creed. Y es que después de haber sufrido en reformatorios infantiles y juveniles y ser rescatado por la viuda de Apollo a pesar de haber sido producto de una infidelidad, el niño convertido en adulto no ha perdido esa sed de combate, pero sobretodo de reconocimiento ante los demás y él tiene todo para poder grabar su nombre con letras de oro.
Para comenzar ese pesado camino, Adonis Creed (Michael B. Jordan) , va en busca del que fuera rival y amigo de su padre, al semental italiano Rocky Balboa (Sylvester Stallone), que está sumergido en su restaurante sin querer saber nada de box. Sin embargo el joven Creed lo convence y empiezan a entrenar. A la par de ello, aparece también una joven que sin ser tan emotiva como Adrian, fallecida esposa de Rocky, Bianca (Tessa Thompson) le aporta seguridad y confianza al joven Creed en duros momentos de la película.
Cuando todo parece indicar que el camino será fácil para el nuevo dúo entrenador-boxeador una noticia impacta a todos, Balboa tiene cáncer y se rehúsa a pelear contra él, sin embargo con la ayuda de Adonis y Bianca lo convencen de tratarse para pelear juntos cada batalla como la peleará Adonis contra el mejor libra por libra del momento. Y ahí pararé la historia para que usted vea el desenlace.
Creed es sin duda un producto de calidad, el joven director Ryan Coogler supo retratar una Filadelfia con diferentes matices de los que normalmente veíamos en las anteriores películas de Rocky, la música nos dejó satisfechos en momentos clásicos como la carrera de entrenamiento. Pero sin duda lo que de nuevo se lleva los aplausos es el combate final, una arena muy parecida a la de Rocky 4, pero con frescura, las tomas de la peleas nos hacían sentir cada golpe de manera efectiva y contundente y el final señores es el fin de una saga para el principio de otra.
Y no es que quiera adelantárselos pero seguro ganará en los Oscars Sylvester Stallone por su actuación y quizás su mejor actuación fue en películas anteriores, pero en esta interpretación hay otro tipo de sufrimientos, de nostalgias del pasado, de guantes colgados y sed de combates nuevos aunque no sea él quien está en el ring.
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