Es el vinilo más viejo que tengo. De esos súper gruesos que pesaban casi un kilo. Cuando lo saqué de su funda tenía un centímetro de polvo adherido y estaba como lleno de manchas. Pensé que ya no sonaría o que estaría rayado. Aun así decidí hacer todo lo posible. Primero lo limpié con un algodón y con alcohol, y después con una de esas esponjitas que vendían para limpiar vinilos y con no sé qué otro producto. El caso es que llegó el momento de ponerlo en el tocadiscos. Estaba intrigadísimo, más por la curiosidad de saber si sonaba o no que por las propias canciones, de las que solo conocía “Proud Mary”. Bajo la aguja, la coloco sobre la primera pista y… crash crash crash pof crash… “Born On The Bayou”, crash “Bootleg” y más crash así hasta la 'speedica' y adrenalítica “Keep On Chooglin” que cerraba el disco. Estaba extasiado. Y no sólo por mi éxito como restaurador de vinilos, sino sobre todo por la tremenda y pantanosa joya que inesperadamente había caido entre mis manos
Así comenzó mi historia de amor con esta grandísima banda. Y hablando de amor, a mi primo le duró poco esa novia, pero yo guardo un muy grato recuerdo de ella.