Creencias Limitantes: ¿El Credo de Buda?

Por Coach2coach @Esther_Roche

Las creencias limitantes son esas creencias que todos tenemos y que rigen nuestra vida, casi siempre para mal. Son creencias del tipo: “Es que ya tengo 40 años, ya es demasiado tarde para…” o “Si es que cuando no se puede, no se puede”… o “Si lo intento sé que voy a fracasar…”  o incluso “Jamás seré delgada”… etc. 

No os creáis nada. No importa dónde lo leáis, o quién lo haya dicho; aunque lo haya dicho yo, a menos que concuerde con vuestra propia razón y vuestro sentido común”.

Sin embargo, esas creencias limitantes e inconscientes la mayoría de las veces, son paradigmas que bien nos han “insertado” otros, quizá cuando éramos pequeños, quizá de más mayores a través de la sociedad, o bien nosotros mismos. Son mensajes repetitivos que reforzamos a través de esa repetición y el tiempo. Pero no debemos creer a pies juntillas todo lo que nos dicen y que nos parece que concuerda con nuestra forma de pensar. Deberíamos cuestionarlo todo, aunque sea coherente y nos parezca factible. Yo siempre comienzo mis talleres (e incluso mi próximo libro) con la frase “Nada de lo que os voy a decir es LA verdad”. Y eso sí es cierto, paradójicamente. Lo que digo, cuento, explico, es la verdad vista a través de mis ojos, pero cada uno ha de cerciorarse por cuenta propia de que eso es así o no. Por eso, no creáis lo que yo os digo, como dice Buda. Ojo, también tenemos creencias llamadas catalizadoras o potenciadoras. Esas son las creencias que nos impulsan a superarnos y a mejorar constantemente, pero no estamos hablando de éstas, sino de las creencias limitantes, las que nos limitan.

Deberíamos cuestionarlo todo, aunque sea coherente y nos parezca factible.

En fin, no sé si son o no son el Credo de Buda, pero lo que sí sé es que son sabias palabras, porque en realidad, ¿qué es la verdad? ¿No tenemos cada uno nuestra propia verdad? Cada cual ve el mundo con sus propios filtros y lo que a mí me parece bueno, a ti te puede parecer muy bueno o regular, y a otro, malo. Si todos entendiésemos que nuestras creencias nos guían en nuestro comportamiento, y esto hace que nuestra interpretación del mundo y de la vida, y por tanto la verdad, todo ello es algo único y exclusivo de cada uno, quizá el mundo iría un poco mejor.

Son mensajes repetitivos que reforzamos a través de esa repetición y el tiempo.

Aquí os dejo pues, el supuesto Credo. Que no es de Buda, da igual. El caso es que son sabias palabras…. Creo…:) Porque repito, … ¡no os creáis lo que yo digo! Salid ahí fuera e investigad, analizad, experimentad y decidid. Y esa, como el resultado de vuestro análisis, será vuestra verdad.

No creáis en nada simplemente porque lo diga la tradición, ni siquiera aunque muchas generaciones de personas nacidas en muchos lugares hayan creído en ello durante muchos siglos.

No creáis en nada por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo crean.

No creáis en nada porque así lo hayan creído los sabios de otras épocas.

No creáis en lo que vuestra propia imaginación os propone cayendo en la trampa de pensar que Dios os lo inspira.

No creáis en lo que dicen las sagradas escrituras, sólo porque ellas lo digan.

No creáis a los sacerdotes ni a ningún otro ser humano.

Creed únicamente en lo que vosotros mismos hayáis experimentado, verificado y aceptado después de someterlo al dictamen del discernimiento y a la voz de la conciencia.

BUDA

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