Las creencias limitantes son parte de nuestro “sistema operativo”. Son una especie de patrón inconsciente que nos guía en todos nuestros comportamientos y actitudes.
Aquí vemos la representación de una creencia emocionalmente competente, “¡Sí puedo! ¡Vamos!”, porque está generada por una emoción básica del ser humano: la alegría, no solamente por el pensamiento racional.
“No os creáis nada. No importa dónde lo leáis, o quién lo haya dicho; aunque lo haya dicho yo, a menos que concuerde con vuestra propia razón y vuestro sentido común” Buda.
Las creencias limitantes, o mejor dicho, los artículos sobre creencias limitantes, circulan por internet errantes, sin rumbo, sin apenas base científica. Como yo soy una persona demasiado racional, (que me preocupa, no os creáis, esto no es del todo bueno para las personas), cuando se habla de cualquier cosa sin que esté basada en hechos, me pone un poco mal. Las opiniones de todo el mundo son respetables, y tenemos que aceptarlas como tales, cada cual tiene su propia visión e interpretación del mundo. Pero, he de admitirlo, me da un poco de rabia esos mensajes que circulan que están basados en el pensamiento positivo o en las famosas “afirmaciones”, mensajes del tipo: cambiar es fácil, cambia tu vida pensando en positivo, etc. Quizá esta es una de mis propias creencias limitantes y debería empezar a cambiarla. Y por eso quiero dejar claro que, ante todo, respeto todas esas opiniones y creencias, aunque yo siempre quiera ir más allá buscando los hechos que las corroboran.
quiero dejar claro que, ante todo, respeto todas esas opiniones y creencias, aunque yo siempre quiera ir más allá buscando los hechos que las corroboran.
e voilá“No os creáis nada. No importa dónde lo leáis, o quién lo haya dicho; aunque lo haya dicho yo, a menos que concuerde con vuestra propia razón y vuestro sentido común”
Estas corrientes ultra liberales de pensamiento positivo difunden la idea de que los pensamientos influyen en la vida, cosa muy cierta, pero llevando este concepto al extremo paroxismo de forma ridícula aunque efectiva, aprovechándose de ciertas debilidades humanas.
Pues a lo que iba. Resulta que me encontré un artículo, que no voy a desvelar, porque creo sinceramente que está escrito con honestidad y sin ánimo de conducir a nadie a conclusiones erróneas ni engañosas, igual que creo que no existe esa intención por parte de la mayoría, cuidado. A esta persona, le envié, como figura abajo, mi opinión, que estoy segura encontraréis interesante, porque es precisamente una interpretación personal, pero racional, desde la ciencia, no desde la creencia, de las creencias limitantes.
Estimado xxxxxx, en primer lugar, gracias por compartir tu post y presentar a gente que quizá lo desconocía, el ho´oponopono.
Es un hecho biológico que las creencias son conexiones nerviosas o sinapsis entre neuronas que se refuerzan a base de repetición emocionalmente competente.
Sin embargo, me gustaría, sin acritud, discrepar contigo. Verás, estoy en desacuerdo por algo muy sencillo: no es que crea, es que sé que en efecto, podemos dejar ir e incluso borrar nuestras creencias limitantes, y hasta ahí todos de acuerdo. Sé que podemos borrarlas porque es un hecho biológico que las creencias limitantes y las potenciadoras, todas, son conexiones nerviosas o sinapsis entre neuronas que se refuerzan a base de repetición emocionalmente competente. Esto significa que si eso sobre lo que opinamos, juzgamos o pensamos, lo provoca una emoción, la opinión, juicio o pensamiento se va reforzando cada vez que lo pensamos, opinamos o juzgamos, sea consciente o inconscientemente. Por ello, las creencias no se forman ni se eliminan fácilmente, por simple repetición, aunque como dices, sea desde el corazón. Como bien sabemos, no podemos “ordenar” a nuestro corazón que origine una emoción, porque las emociones precisamente están en nuestro sistema límbico, y son meramente reacciones químicas de nuestro cerebro.
Si yo ahora digo: “quiero sentir alegría o miedo o tristeza o ira, de verdad, lo digo desde mi corazón”, seguramente no lo voy a conseguir, porque no hay un desencadenante fisiológico, es decir, emocional. Es aquí donde, ya lo habrás detectado, no estoy de acuerdo con la forma que indicas para destruir o borrar nuestras creencias limitantes. No es tan fácil.
1º, cuando dices “dirígete a tu inconsciente y dile…” La mayor parte de la gente que te pueda leer, seguramente no conoce la forma de dirigirse a su inconsciente, que tampoco es fácil. De hecho, es muy difícil dirigirse al propio inconsciente desde la consciencia, es un oxymoron. Es como decir conciencia inconsciente.
No podemos “ordenar” a nuestro corazón que origine una emoción
En 2º lugar: Si ese pensamiento que propones, como decía antes, no es desencadenado por una emoción, puede servir, sí, pero no estás destruyendo la creencia, una de las pautas más profundas y decisivas de nuestro inconsciente que guían nuestros comportamientos y actitudes, sino que estás incidiendo sobre el pensamiento, es decir, sobre un nivel lógico mucho más superficial, por lo que podrás, poco a poco, con mucho tesón y entrenamiento, ir cambiando tus pensamientos…. cosa estupenda por otro lado! Y en esto tienes toda la razón! Pero es lo que decía al principio, las creencias se refuerzan durante muuuucho tiempo, o mediante emociones. Si queremos tomar el camino que propones, a través del pensamiento positivo, será un camino muy muy largo, y seguramente a mitad de camino, al no ver resultados flagrantes, empecemos a pensar que “esto no sirve para nada” y nos demos por vencidos.
Esto no es así a no ser que haya una emoción que desate ese pensamiento racional y consciente
En definitiva, planteas el cambio de creencias limitantes como algo sencillo, racional y consciente, como si el hecho de repetir estas frases desde el corazón (no posible) durante unas semanas pudiese eliminarlas, y bajo mi punto de vista, por lo que he estudiado, esto no es así a no ser que haya una emoción que desate ese pensamiento racional y consciente. En mi opinión, esta visión que compartes puede llevar a conclusiones defectuosas por parte de tu audiencia.
Vuelvo a subrayar que sí es posible cambiar e incluso eliminar creencias limitantes, nuestro cerebro es plástico y se puede moldear. Igual que formamos una creencia en un segundo por una emoción sumamente fuerte, se desmonta con una emoción sumamente fuerte. No así con el pensamiento consciente. Un ejemplo:
Fulanito un día tiene un terrible accidente de tráfico. Forma otra más de sus creencias limitantes: “Nunca más podré ponerme tras un volante”. Pasan meses, lo que sea, de terapia conductual o incluso cognitiva, no hay manera. Utiliza técnicas del tipo que indicas, se dice a sí mismo que no hay razón, que siempre condujo bien, que aquello fue algo fortuito, que puede conducir si se lo propone, que perdona a esa creencia etc. Pero cada vez que lo intenta, sudores fríos, nada. Un día su hijo enferma gravísimamente. Esa emoción (miedo por la vida de su hijo) le “obliga” a coger el coche. Se acabó la creencia.
Os dejo un vídeo que muestra cómo funcionan las creencias. El experimento al que hace referencia, creo que es inventado, pues he buscado referencias a diestro y siniestro por internet y no hay prueba fehaciente de que en efecto dicha investigación tuviese lugar. Pero sí pienso que pudo haber ocurrido o que las creencias se forman de la manera en que lo describen aquí, con estos monos tan monos…