Ya estamos empezando con el época de sopas, cremas, guisos, como aún hace un poco de calor podemos optar por las cremas ya que estas se pueden tomar tibias o frías, aunque hay mucha gente a la que no le importa que haga calor y las toman bien calientes.
A mucha gente no le gusta el sabor del apio, pero en nuestra casa nos gusta a todos, el otro día compramos uno para la sopa de verdura y solo gaste 4 hojas, así que tenía un buen apio que no quería que se echase a perder. En un primer momento había pensado en hacer una crema de calabacín y lechuga, pero como el segundo plato también llevaba calabacín he optado por hacer una crema con el apio.
Para que la crema quede perfecta tenéis que pasarla por un colador cuando ya esté lista, de esta forma eliminamos las posibles hebras que pudiese tener el apio y quedará una crema muy fina y sabrosa.
Otra cosa importante es usar un caldo de pollo casero, aquí en las carnicerías te regalan los esqueletos o cuerpos de los pollos y con eso sale un caldo fabuloso.
Ingredientes:
1 apio (de los que venden limpios para ensaladas) 1 cebolla 1 patata grande ½ tacita de café de aceite de oliva 1 cucharada de mantequilla 1 ½ de caldo de pollo casero 100 ml de nata liquida 1 tacita de café de vino blanco Sal, pimienta.
Limpiamos la cebolla y la troceamos, pondremos el aceite y la mantequilla en una olla a calentar, cuando esté caliente añadimos la cebolla y un poco de sal y dejamos que se poche a fuego lento. Una vez que esté pochada la cebolla añadiremos el apio cortado en trocitos pequeños, previamente lavado, dejamos también pochar unos 10 minutos, transcurrido este tiempo le añadimos la patata pelada y cortada en trozos, salpimentamos y cubrimos con el vino que dejaremos reducir a la mitad.
Cuando el vino haya reducido añadimos el caldo y dejamos cocer hasta que toda la verdura esté bien tierna, trituramos, incorporamos la nata y dejamos cocer 5 minutos removiendo para que no se peque al fondo.
Pasamos la crema por un colador para quitar las posibles hebras, rectificamos de sal y pimienta y servimos caliente (o fría) con pan tostado o frito.