CREMA DE AVELLANAS Y CHOCOLATE [Ni nocilla ni nutella | Sin lácteos]

Por Anamelm

Ni nocilla ni nutella. No quiero entrar en esa guerra.

Ni compro ese anuncio tan auténtico que dice ...leche...cacao...avellanas...y azúcar... ni tampoco la felicidad chipirrifláutica envasada. Y no me hables de los vasos de nocilla, que fueron la vajilla de mi infancia.

En lugar de leche y frutos secos o de familias felices, yo miro el envase de cualquiera de las dos cremas untables y lo que veo se parece más a Bin Laden con uranio enriquecido en los bolsillos. Una cosa justita de inocencia.

Nocilla, lo que más tiene después de cantidades abominables de azúcar, es aceite de palma. Ay las avellanas... y la leche... Avellanas apenas tiene, y la leche es un subproducto deshidratado. Y Nutella... más de lo mismo. Alguna avellana más se les cae en el bote, pero básicamente la misma merienda insalubre llena de grasas trans y aceites chungos.

No voy a crucificar aquí a nadie porque compre estos productos, ni mucho menos. Que yo como tortitas de arroz y biscotes de bolsa y no me flagelo por las noches ni me pongo cilicios en los tobillos.

Sólo quiero enseñaros lo fácil que es preparar una crema de avellanas y cacao casera, hacerlo de manera mucho más sana, y además en un plis. Es tan rápido y facilón que no vas a encontrar excusas para no hacerla. La única pega que tiene es que dura una semana abierta... dentro de la caja fuerte de la casa de tu vecino. Porque en tu nevera, no vas a comprobar su duración a tan largo plazo.

No tiene azúcares refinados, porque le he puesto panela [puedes endulzarla con dátiles, con sirpe de arce, con azúcar blanca, con stevia o con lo que quieras]. No tiene lácteos porque he usado leche de avena, aunque puedes usar la leche que te apetezca. Y si no quieres ponerle chocolate por cualquier motivo, puedes usar cacao en polvo, o hacerla sin nada, sólo con las avellanas y si quieres, una pizca de vainilla.

Tampoco es una receta en sentido muy estricto, es sólo una forma de hacer. Te voy a contar como voy poniendo yo ingredientes en el vaso del robot de cocina hasta que tengo lo que quiero...

Empezando por las avellanas que me regaló mi querida Yolanda de Cocido de Sopa en un encuentro blogger informal en Madrid, donde jugamos a eso de intercambiarnos ingredientes secretos para ver que iba surgiendo de cada uno de los regalitos...

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Avellanas tostadas, 150 g

* He usado panela porque es el endulzante que me gusta usar en casa, y he puesto 75 g para que quedara más bien justito de dulzor. Si quieres un resultado más similar a la nocilla convencional, se acercará más con 120 g de azúcar. Aún así, puedes ir probando y rectificando sobre la marcha. **De avena, de almendras, de soja... la que tengas, aunque ten en cuenta que el sabor condicionará el resultado. Si no eres intolerante a la lactosa, funciona con leche de vaca exactamente igual. MODUS OPERANDI

En realidad esto más que una receta es una orientación de cómo llegar a una buena crema de avellanas y chocolate. Según las avellanas, lo fino que estén molidas, el tipo de endulzante y de líquido, todo puede cambiar. Así que vamos paso a paso:

Primero de todo, trituramos las avellanas en un robot de cocina. Si no están tostadas, deberemos tostarlas en casa antes de comenzar. Con las avellanas trituradas al máximo que podamos, incorporamos al robot de cocina el endulzante elegido [panela, azúcar, sirope de ágave, stevia... Incluso dátiles]. Sobre esta mezcla, añadimos el chocolate troceado, y le damos caña.

Ya tenemos todo a falta de ajustar la textura. Vamos añadiendo la bebida vegetal que hayamos elegido, o leche si usamos, hasta que tenga una textura adecuada. También vamos probando el punto de dulzor, y si necesita un poco más, lo añadimos.

Al fin y al cabo, esto va de triturar cosas hasta tener una crema con la consistencia y el sabor que queremos, estas cosas se hacen un poco al gusto de cada uno. Incluso puedes hacer una crema más ligera si quieres cubrir con ella una tarta, o más densa para rellenar un bizcocho, por ejemplo.

Y sí, si un día no tienes tiempo ni ganas, puedes comprarla, pero te advierto: no volverá a parecerte tan rica como antes cuando descubras a qué sabe una crema que sí lleva avellanas.