Crema de calabacín al queso azul

Por Pablo Dolce

Las cremas de hortalizas son un plato simple y de sabor elegante que gustan por igual a grandes y pequeños. Una de las cremas de hortalizas más populares es sin duda, la crema de calabacín. Esta posee un sabor suave y delicado que además admite con facilidad multitud de acompañamientos. Ya sea servida como aperitivo o como primer plato, en caliente o tibia, resulta un plato perfecto para casi cualquier menú.

En esta ocasión os traigo una crema de calabacín algo diferente. Se trata de una crema de calabacín al queso azul, ingrediente que potencia perfectamente el sabor del plato, manteniendo su sabor suave y agradable.

Si quieres ver otras cremas de hortalizas populares, o algunas algo diferentes que se me han ido ocurriendo puedes clicar aquí.

INGREDIENTES PARA 2 PERSONAS

Las cantidades pueden ser variadas al gusto, en función de los sabores que se quieran potenciar en la crema.

  • 200g de calabacín
  • 100g de patata
  • 50g de cebolla
  • 1 diente de ajo
  • 50g de queso azul
  • 1/2L de agua, fondo blanco o caldo de verduras
  • 25g de mantequilla
  • Perejil fresco
  • Chía
  • Pimienta blanca recién molida y sal al gusto
  • AOVE

ELABORACIÓN

1- Rehogamos las hortalizas

Para comenzar, preparamos las hortalizas. Pelamos las patatas, el calabacín, la cebolla y el ajo y las troceamos a grosso modo (o en mirepoix).

Echamos un generoso chorro de aceite de oliva virgen extra en una cazuela, y opcionalmente un pequeño dado de mantequilla. La ponemos al fuego y rehogamos las hortalizas a fuego alto durante aproximadamente 5 minutos, o hasta que ablanden ligeramente y adquieran algo de color.

Justo antes de añadir el líquido bajamos algo la temperatura y añadimos el queso azul, removiendo hasta que se derrita parcialmente y se integre con las hortalizas.

2- Hervimos, trituramos y… ¡A catar!

Una vez las hortalizas estén rehogadas, añadimos el caldo elegido y lo llevamos a ebullición. Cocemos durante 20-30 minutos.

La cantidad de líquido escrita en en el apartado de ingredientes es orientativa y es suficiente que el líquido cubra las hortalizas.

Una vez pasado el tiempo de cocción trituramos los ingredientes con ayuda de una turmix o cualquier aparato triturador, y pasamos la crema por un chino para que quede más fina. Con la crema aún caliente añadimos una nuez de mantequilla, y salpimentamos al gusto. Esta mantequilla hará la elaboración resultante todavía más sedosa, y aportara un toque genial a su sabor.

Una vez lista la crema la servimos en plato hondo. Puede guarnecerse o decorarse con multitud de elementos, como una juliana de calabacín salteada, un cordón de nata u aceite de oliva…

En este caso he decidido coronarla con unos finos dados del queso azul empleado en su elaboración, y un chorro de aceite de oliva con perejil picado y chía. La presentación resulta elegante y hace honor a uno de los ingredientes diferenciadores de esta crema. Ahora solo queda lo más importante, probarlo… ¡y repetir las veces que nos apetezca!

ACLARACIONES Y CONSEJOS

  • No es necesario pelar el calabacín. Yo lo pelo porque me gusta más el resultado, y el color de la crema resulta más homogéneo (sin grumos de color más oscuro), pero muchas personas prefieren utilizar el calabacín lavado conservando la piel.
  • El queso puede añadirse al final, a la hora de triturar y con la crema aún caliente para que se derrita. Personalmente prefiero añadirlo durante el rehogado para que el sabor sea todavía más potente.

¿HAS PROBADO LA RECETA?

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