Crema de calabacín rapidísima e insuperable

Por Mamayasecocinar

La verdad es que no sabéis la relajación que se siente cuando sabes que ya has cumplido con todas las asignaturas de la carrera y sólo te queda el proyecto fin de carrera. Es una mezcla de entre liberación y sentir que no has aprendido lo suficiente como para trabajar. De todas maneras, aún me queda un año de vida de estudiante con muchos planes y proyectos en la cabeza, sobre todo en lo relacionado con MMYSC y el mundo de la cocina!
Hoy me apetecía un plato de cuchara, suave y ligero, y justo tenía unos calabacines que se iban a poner malos pronto en la nevera.
Yo creo que una crema bien hecha es siempre un acierto, y además hoy en día es algo muy recurrido en los aperitivos de verano y primavera. Basta dejarlo enfriar y servirlo en un vaso de chupito un poco gracioso y quedas como un auténtico chef de la "nouvelle cuisine".
Esta crema, dado que el calabacín es una verdura muy suave y tierna, no lleva mas de 30 minutos y es muy agradecida. El truco siempre es la textura, ya que debe quedar muy suave. Nunca nos debería quedar espesa y con grumos o líquida como el agua!!

Ingredientes para 4 personas:
5 calabacines
1 cebolla
1 papa
1,5 litro de caldo de ave o de verduras (o 1 pastilla)
70 ml de nata líquida
1 cda de mantequilla
sal y pimienta
Utensilios necesarios:
caldero
batidora de brazo o batidora normal

En primer lugar lavamos y pelamos los calabacines. Picamos una cebolla como queráis y la sofreímos con la mantequilla en el caldero. No debe llegar a dorarse. Mientras picamos los calabacines en dados. Cuando la cebolla esté transparente agregamos el calabacín y la patata picada y pelada. Seguidamente echamos el caldo hasta que cubra. Si no tenéis caldo casero, usáis de brick o añadís agua junto con la pastilla de la marca que más os guste.
Comenzará a hervir y debéis dejarlo unos 20 minutos aproximadamente, hasta que pinchéis un trozo de calabacín y esté tierno.
Entonces lo apartáis del fuego y lo trituráis bien con una batidora hasta que os aseguréis que no queda ningún trozo y está todo bien fino. Es el momento de probar de sal y agregar la pimienta.
Si os ha quedado muy líquido una vez triturado, lo dejáis hervir un rato, para que vaya evaporando agua y vaya adquiriendo espesor. Si por el contrario os ha quedado demasiado espeso no hay problema en añadir un poco más de caldo.
Para terminar agregáis la nata, que para mi gusto es el punto de cremosidad que necesita un plato así.
Nosotros la tomamos con unos picatostes (o coscorrones en canarias) y unos brotes de rúcula de nuestra cosecha.
Ya veréis que sencilla.