Iniciamos el otoño con una crema naranja de la mano de unas zanahorias dispuestas en un plato delicioso.
También tengo un queso gorgonzola que me ayudará a conseguir un toque cremoso con sabor ligeramente picante.
Me reservo unos trocitos para preparar unas bolitas de este italiano rebozadas con sésamo tostado.
Esta crema promete, primero por lo fácil que se prepara y desde luego por lo rica que está … y no olvidemos esas pelotillas crujientes que cada vez que te encuentras con una, tienes la sensación de que te ha tocado un premio.
Razonablemente engalano la mesa con un mantel verde y el delantal del mismo color pues tengo la esperanza de que muchos de vosotros vais a estar interesados en sacar esta receta tan facilona.
Todos juntos, … empezamos.
Esta receta se la dedico a Mertxe por esas gallinas tan preciosas y por ser tan fiel a Mantelbleu. Entrañable y feliz cena la del otro día, habrá que repetir.
Calentamos la sartén, echamos el aceite y seguido incorporamos las zanahorias y la cebolla troceadas.
Bajamos a temperatura media y dejamos que se fría durante 10 minutos.
En una olla calentamos el caldo de gallina, salpimentamos al gusto y ponemos una pizca de comino.
Incorporamos la verdura al caldo y dejamos que se vaya cociendo poco a poco,durante unos 20 minutos hasta que la zanahoria y la cebolla esté blandita. Reservamos.
En un cazo aparte mezclamos 100 gr de queso gorgonzola con la nata y calentamos hasta que nos quede una crema.
Incorporamos a la olla con la verdura y dejamos que se haga unos cinco minutos.
Pasamos la batidora, probamos y rectificamos con la sal y la pimienta.
Pintamos una sartén con un poco de aceite, calentamos y echamos el sésamo para que se nos tueste. Retiramos.
Con el queso sobrante, hacemos unas bolitas con cuidado y las rebozamos sobre el sésamo de la sartén.
Servimos las raciones y colocamos las bolitas.
Espero que os guste.