Después de que hayáis probado esta crema me diréis que cómo no sabíais de ella, pero por lo buena que está. Seguramente que muchos de vosotros no la conocéis.
Encontré la receta de casualidad hace algunos años, sin embargo ya no recuerdo dónde. Tanto es así que creo tenerla casi olvidada y ahora, estos días que he vuelto a hacerla, no sé si he conseguido reproducirla tal como era. Os pasará también, que sin saber la razón dejamos de poner un plato.
Me inspiré en el tzatziki para repetirla, me quería sonar que por ahí andaban los tiros, jajaja...
A muchas personas les resultan indigestos cuando los comen crudos. Aún peor caerán si lo que requiere una crema es una cantidad suficiente para conseguir esa textura. Serán necesarios unos cuantos de ellos. Pero no!!! Sorpresa!!! Los pepinos se rehogan y después se cuecen, así se evita que puedan repetirse.
Os animo a poneros las botas este verano con esta crema. Aprovechad sus cualidades, entre las que está el ser asequible y económica.
Ingredientes:
Pepinos 3-4 medianos.Cebolla ½.Ajo 1.Hierbabuena.Yogur griego 1.Aceite de oliva 4 cdas.Pimienta negra recién molida.Sal.
Elaboración:
Rehoga en el aceite la cebolla en juliana y el ajo entero y sin piel. Añade los pepinos pelados y troceados en dados. Salpimenta. Después de diez minutos rehogando a fuego bajo, procurando no dorar, tritura con la batidora y haces un puré fino. Añade al batido unas hojas de hierbabuena y tritura también. Por último agrega el yogur sin dejar de batir. Introduce la crema en el frigorífico dos o tres horas antes de servir. Puedes poner unos cubitos si te gusta más fresca. Decora.
Para mis amigas.