Sin embargo, desde el punto de vista estético esconden importantes peligros. Las cremalleras deben ser, en la medida de lo posible, imperceptibles, del mismo color que la prenda de ropa y quedar ocultas bajo una tira del mismo tejido. Son un excelente indicador de la calidad de la prendas y de la pericia de los diseñadores a la hora de utilizarlas.
Pero como toda regla tiene su excepción, también existen cremalleras que merece la pena ser mostrar sin pudor, de cualquier color, de cualquier tamaño y en cualquier parte. Las cremalleras que Kate Cusack diseña y convierte en arte. Piezas únicas, originales e inconfundibles.
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