Ya está. Terminó anoche. 8 capítulos de pura delicia, con un estilo nunca antes visto en nuestro país. Un breve destello en la oscura noche en la que está sumida la parrilla de series de televisión de este país. No volverá, pero tampoco es necesario, ya ha mostrado el camino a seguir.
¿Por dónde empezar? Se hace difícil asimilar que una serie de tan sólo 8 capítulos, a casi 50 minutos cada uno, haya introducido tantas cosas en el mercado patrio.
Desde hace ya más de una década, la cadena privada norteamericana HBO viene dando lecciones narrativas al resto de cadenas. Particularmente, encuentro muy agradable el ritmo de sus series, la casi ausencia de trucos que ya me rechinan (¿os suenan los cliffhangers?), la ambientación y el no hacer temporadas larguísimas porque sí (eso de estirar temporadas es la norma general, cuando las series deberían seguir mientras tengan algo que contar). No voy a perder tiempo defendiendo series que han alcanzado las mayores cotas de reputación como Los Soprano, Boardwalk Empire, The Wire o jóvenes promesas como la reciente Game of Thrones. Y Crematorio bebe de todas estas, y mucho.
Los personajes están muy bien definidos, sin florituras, se nos presentan tal cual. Toda una variada coral de personajes, que reparte muy bien el peso interpretativo. Tenemos a José Sancho, que está gigante interpretando a Rubén Bertomeu, una persona que ha llegado a una posición de poder a base de pericia, billetera y ladrillo. Le acompañan su abogado Zarratégui (Pau Durá), discreto y eficiente, y su contacto político Llorens (Manuel Morón) como concejal de urbanismo. Alicia Borrachero interpreta a la hija de Bertomeu, Silvia, otro de los personajes principales. En realidad pierdo mucho el tiempo comentando el casting, ya que son tantos los personajes que podría dedicar otro post a ello. Si me gustaría resaltar que se nota que este apartado se ha cuidado y mucho.
La temática gira en torno a una realidad omnipresente en España: la corrupción urbanística. Y lo interesante es que lo fácil hubiera sido hacer una serie bastante sensacionalista, no salirse por la tangente y limitarse a relatar una serie de acontecimientos relacionados con todos los actores que intervienen en esta problemática, como es el caso. Lo que comentaba antes de las series marca HBO, esa filosofía de “voy a contar una historia y me voy a centrar sólo en contar esta historia”.
Paso a abordar la afirmación que hago en el titular. ¿Puede España generar una serie que aborde la narrativa con madurez, buscando mostrar una historia y que, a todas luces, pueda ser un producto exportable? En este caso, creo que la respuesta es un rotundo si. Se puede si se apuesta por ello y por mantener la pureza del producto. Creo que con la revolución digital que hemos vivido, la llegada a España vía Internet de series de una calidad impensable aquí y otros muchos factores, el espectador ya busca este tipo de contenido. Y estoy convencido de que ‘Crematorio’ será la primera de otras tantas que están por venir. Y las recibiremos con los brazos abiertos.
P.S: Si tengo que criticar algo de esta serie es la cabecera. Me parece que rompe totalmente el tono pausado de la serie. Me suena a estridencia.
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure