Siéntate tranquilamente y respira de forma profunda tres veces.Imagina que estás delante de un espejo y que observas tu rostro y tu cuerpo reflejados en él.Es el momento de hablarte seriamente y sin tapujos.Respira profundamente una vez, y cuando te sientas preparada, di lo siguiente en voz alta: “Hola ser humano maravilloso.Aquí estoy de nuevo. Mirando dentro de mí mismo para encontrar respuestas.Hace mucho tiempo que no te escucho lo suficiente y sé que siempre soy mi mejor maestro.Creo en mí. Sé que puedo hacer lo que me proponga.Sé que la vida es estupenda y está llena de magia y de amor.Cada noche cuando me acuesto, doy gracias por todo lo aprendido en el día.Soy un ser de luz y aunque las fuerzas a veces flaqueen, tengo esperanza.Sé que con mis acciones puedo hacer un presente mejor.Sé que cualquier acto que realizo, por nimio que parezca, hace cambios.No solo en mí. También en el resto de personas que me rodean.Ahora sé que puedo cambiar.Sé que las palabras no se quedan en la nada.Mis fuerzas las retomo con más energía que ayer.Creo en mí. Creo en todo lo que soy y en todo lo que he sido.Ya no me da miedo la vida. Camino despacio pero con consciencia de lo que hago.Mi cuerpo está sano y me ayuda a caminar.Mi mente cada día es más alegre y optimista.Todo se puede lograr.Creo en mí. En lo que hago y en lo que deseo.Abrazo a los demás con ternura. Sin condiciones ni estereotipos.Soy uno más. Tan importante como cualquiera.Necesario para mantener la estabilidad que nos rodea.Sé que todo lo que hago redunda en mí. También en los demás. Deseo todo lo que desee.Deseo seguir siendo feliz para que los que me rodean también lo sean.Deseo seguir viviendo en el ahora.Todo está bien.Todo va a seguir bien.Creo en mí”.Cuando hayas terminado de expresar estás palabras, permítete unos instantes para disfrutar del momento.Recuerda que eres tal y como deseaste ser un día. Haz memoria y recuerda tus sueños, anhelos y creencias.Vive con armonía. Todo está bien.