Hace unos meses atrás había utilizado la harina de garbanzos para preparar una tortilla con verduras (podés ver la receta aquí), pero por su versatilidad (al fin y al cabo es una harina, pero con la particularidad de que no contiene gluten) y sabor ligeramente dulzón, pensé que bien puede emplearse en recetas dulces. De modo que me puse manos a la masa para realizar una preparación que me permitiera participar del Primer Reto de Cocineros del Mundo en Google+ en el apartado Dulces, en el que uno de los ingredientes para emplear en la receta podía ser los garbanzos (Pues bien, para obtener la harina de garbanzos sólo debemos moler en procesadora de alimentos los garbanzos crudos, limpios y secos).
Les garantizo que por el resultado obtenido bien valió la pena hacer caso omiso a las caras raras que me ponían familiares y amigos cuando les decía que tenía entre manos la preparación de una crépe rellena a base de harina de garbanzos. Será que en mi país harina de garbanzos es sinónimo de fainá (especie de pizza fina que se prepara a base de esta harina y que, en muchos casos, acompaña a la pizza tradicional para comerse a la par, la una de la otra, bocado a bocado) y nos cuesta pensar qué otras posibilidades le vemos a ese humilde y bastante común ingrediente...
Antes de ponernos a trabajar, les dejo el listado de ingredientes que necesitaremos para esta crépe (o panqueque relleno, como le decimos aquí).
Para empezar la receta con buen pie y buena letra, la noche anterior (o la mañana temprano de ese mismo día, a más tardar), poné a marinar un puñado de arándanos congelados (en mi caso, eran unos 32) en el jugo de una naranja, con 2 cucharadas de azúcar y 1 cucharadita de canela.
Lo primero será preparar la masa de la crépe. Para ello, en un bol colocá 150 gramos de harina de garbanzos, previamente tamizada. Añadí 5 cucharadas bien colmadas de azúcar integral y la ralladura de una naranja.
Por último, incorporá 300 cc. de leche fría (descremada, en mi caso) y, con un batidor de alambre, integrá muy bien los ingredientes hasta lograr una mezcla homogénea.
La masa quedará descansando hasta que termines de preparar la cobertura para este postre que bien puede ser el comienzo de un día lleno de energía y sabor, el acompañamiento ideal para una merienda de media tarde o el despertar soñado para un desayuno-sorpresa romántico.En una cacerolita colocá una nuez de manteca, el jugo de una naranja, 2 cucharadas bien copetonas de azúcar negra y 1 manzana cortada en rodajas más o menos parejas (eso facilitará que se cocinen al mismo tiempo).
Dejá la fruta al calor de un fuego bajo hasta que se forme un almíbar con el azúcar y el jugo de naranja, al mismo tiempo que las manzanas se ablanden sin que lleguen a desarmarse. En ese punto, sacalas del fuego, y reservalas hasta que se enfríen o entibien.
Respecto del almíbar, si no se espesó lo suficiente al momento de sacar las manzanas, dejalo unos minutos más hasta lograr la consistencia de salsa.
Ahora sí, es momento de preparar la crépe: En una sartén (podés usar una wafflera o panquequera si la tenés, pero si no es el caso, no te prives de preparar esta receta porque en sartén de un tamaño mediano o pequeña queda perfecta) colocá una cucharada de aceite neutro y esparcila bien por la superficie para que el panqueque no se adhiera a la hora de darlo vuelta.
Con un cucharón colocá una parte de la masa de crépe e incorporale los arándanos escurridos. De inmediato, volcá el resto de la preparación encima del relleno y cociná a fuego medio hasta que se despeque de los bordes.
Una vez que la masa se sienta suelta de la sartén, darás vuelta el panqueque relleno con cuidado de no romperlo. Para ello, podés ayudarte de una tapa de cacerola o plato (como si se tratara de una tortilla).
Cuando esté dorada y bien cocida, serví la crépe en un plato, decorándola con las manzanas y rociándola con el almíbar de naranja.
Algunos consejos finales: Con estas cantidades de ingredientes se logra una crépe de proporciones generosas (en los restaurantes de Buenos Aires, algún mozo con años de experiencia le aclararía a sus clientes que este postre es "para compartir" porque se trata de una porción abundante), aunque podés repartir la masa en crépes más pequeñas, dependiendo del diámetro de la sartén que utilices y lograr, así, porciones menos abundantes. Sin embargo, si quisieras preparar más mása para convidar a invitados o una familia numerosa, recordá que siempre se debe mantener una proporción del doble de leche (también podrías utilizar agua fría en su lugar) respecto de la harina de garbanzos.En cuanto a la consistencia ideal de la masa para panqueques o crépes es algo más densa que la de la leche. De ese modo, quedarán deliciosos, aireados y menos pesados. Y no olvides dejar descansar la masa antes de avocarte a la tarea de preparar los panqueques o crépes.
Es una receta apta para todos aquellos que no puedan ingerir harinas con gluten y para quienes se animen a probar nuevos sabores.La combinación del dulzor de la harina de garbanzos con mucho perfume a naranja (por la presencia de ralladura), con los arándanos macerados en canela, las manzanas almibaradas y bañadas en su propia salsa es suave, deliciosa y muy tentadora. Tanto que, probablemente, no quede mucho más que las migas en el plato...
Hoy, además, es el Día Internacional del Gofre (o Waffle) #diadelgofre. Si bien mi crépe rellena no es estrictamente un gofre o waffle porque no está preparado en gofrera (aparato que le confiere esa forma y aspecto particular a los gofres), quisiera compartirla con ustedes - como si se tratase de una prima algo distinta al común de la familia - porque esta misma combinación de ingredientes puede utilizarse para preparar esta receta (o las que se les ocurra a partir de esta idea) en gofrera, convirtiéndose así, y por definición, en un gofre...
De modo que, con la licencia y el permiso de ustedes, me gustaría participar con esta receta en este evento mundial al que me invitó Carmen de Rezetasdecarmen, a quien le agradezco mucho por la propuesta.
En fin... Cocinar muchas veces tiene que ver con aprovechar aquello que tenemos en la despensa o la heladera de casa, los productos que mejor se dan en determinada estación del año, combinar sabores que sabemos (o presentimos) son afines, aceptar desafíos y dejarnos llevar por nuestro costado creativo, por nuestra inspiración e imaginación.
Más allá de cualquier resultado, estoy agradecida a Victoria La Tauleta y a Carmen por tenerme en cuenta para sus retos/celebraciones porque fueron la chispa inicial de mi receta y la inspiración. Ya que el gusto por compartir con otros e intercambiar experiencias, platos e historias siempre la agradezco porque es una oportunidad única y enriquecedora.
Nos vemos en unos días con otra receta. Hasta entonces, disfruten mucho y ¡Bon appétit, amigos!