La sensación juvenil se proyectó por primera vez en 2008 y desde entonces ha desatado una fiel fanaticada en todo el globo. La cinta, basada en las novelas de Stephenie Meyer, mezcla la receta clásica del amor prohibido con una historia de vampiros. Una fórmula que logró recaudar, en la primera entrega, más de 390 millones de dólares en todo el mundo.
La suma real arrojada por la proyección de las cuatro cintas supera los 2.000 millones de dólares. Todo ello, sin incluir lo recaudado en ventas de los DVD, que se estima supera los 600 millones de dólares.
El boom vampírico, sin embargo, lleva mucho más tiempo que la relación amorosa entre Edward Cullen y Bella Swan.
Los vampiros parecen estar en todos lados: en la literatura, en el cine y en la televisión. Son populares y lo han sido desde hace más de un siglo.
Más de un siglo
Todo empezó hace 115 años, cuando nació el vampiro humano más famoso de la historia: Drácula (1897). Su creador fue el novelista y escritor irlandés Abraham Stoker (1847-1912), quien el pasado jueves celebraría el 165 aniversario de su nacimiento.
Si bien él no inventó la leyenda vampírica, la influencia de su novela logró penetrar en la historia.
Antes que Stoker hubo otros. Se cree que John William Polidori fue de los primeros. Escribió The Vampyre en 1819, 78 años antes que Drácula. Pero de él poco se sabe en el argot popular. Nadie dice: "Cuidado y te sale Lord Ruthven por ahí". No. Si se va a asustar a alguien, la gente se remite a Drácula: "Te va a salir Drácula".
La lista de antecesores se extiende y puede ser que haya influenciado al escritor irlandés. Pero, la verdad es que, el antes y el después lo marcó Stoker.
"El mito de Drácula tiene que ver con la sobrevivencia más allá de la muerte. Polidori hace una apuesta con la imagen de Prometeo, el hombre casi eterno, y eso tenía que ver con investigaciones científicas de la época", explica el librero Roger Michelena.
Historias relacionadas serían posteriormente adaptadas al cine y la televisión.
Uno de los primeros vampiros en aparecer en la pantalla chica sería Barnabás Collins, en la serie Sombras tenebrosas, transmitida por ABC desde 1966 hasta 1971.
Actualmente, un adaptación al cine de la serie se proyecta en las salas, en una cinta protagonizada por Johnny Depp y dirigida por Tim Burton.
Revolución vampírica
El primer vampiro de la pantalla grande llegaría 10 años después de la muerte de Stoker, en 1922. Se trata de Nosferatu, una sinfonía del horror. A partir de entonces, el género no abandonaría el séptimo arte.
Con el tiempo, aparecerían vampiros más atractivos. Un ejemplo de ello fue la versión cinematográfica de Entrevista con el vampiro (1994), de Neil Jordan, basada en la novela de Anne Rice.
El concepto ha cambiado a lo largo de los años. De figura terrorífica que secuestraba mujeres para quitarles la sangre y conseguir el elixir de la vida eterna, a hombres buenmozos, capaces de leer la mente, volar y hacer suspirar a cualquier dama.
Para Michelena, todo es culpa de Hollywood: "Si uno ve Noferatus, que era la primera imagen de un vampiro interesante en el cine, no era muy atractivo. Había una deformación".
Ahora las cosas son diferentes, sino que lo digan las enamoradas de Edward Cullen.
"Hay un mito de tener al vampiro muy bonito; a Brad Pitt, a Robert Pattinson. Ese no es el vampiro clásico. Ese no da miedo. Ahora hasta brillan. Y ya ni hay estacas", comenta.
Lo cierto es que, actualmente, es el concepto que más vende. Así lo señala Rodnei Casares, de la Librería Alejandría, quien asegura que entre las publicaciones más solicitadas se encuentran la saga Crepúsculo, de Stephenie Meyer, y las Crónicas vampíricas, de Anne Rice.
Como se ve, vampiros nunca faltan. Ya sea el mismo en distintas adaptaciones, en historias terroríficas, o de amor.
Están en todos lados. De hecho, en la cartelera actual se pasean Barnabás Collins y Abraham Lincoln. Y Edward Cullen vuelve esta noche.