Por lo que he podido deducir, la postpoesía aboga, entre otras cosas, por el tratamiento de la ciencia como una disciplina artística más, en tanto que se trata de una representación de la realidad, al igual que la metáfora y otras figuras. Desde este punto de vista, habría que leer este poemario, cargado de imágenes con mucha fuerza y de un lenguaje sencillo pero tremendamente evocador.
En esta edición se incluyen dos anexos en los que Fernández Mallo diserta acerca de su exploración y las conclusiones que le llevaron a posicionarse a la cabeza de la revolución poética. Aunque estén al final, aconsejo leerlos antes de empezar con el primero de los poemas, pues aunque no se trata de una explicación del poemario (algo que, en mi opinión, debería sobrar en cualquier poesía) sí que predispone al lector puro a dejarse llevar por un nuevo tratamiento de las palabras y de sus imágenes.
Personalmente, me agradó más Joan Fontaine Odisea.