Creta: Los Fallschirmjäger y Gebirgsjäger neutralizan un contraataque mientras la Luftwaffe machaca a la Royal Navy - 22/05/1941.

Por Lupulox
La Bahía de Suda después de un ataque aéreo alemán.
Camaradas,
Nuestros enemigos, conscientes de que el aeródromo de Maleme en el que las tropas Gebirgsjäger ya han comenzado a aterrizar, es la clave para la conquista de Creta, han preparado a dos batallones de tropas neozelandesas para lanzar un contraataque nocturno durante la noche de ayer a hoy. Los temores a un desembarco nocturno alemán han supuesto que un cierto número de unidades que podrían haberse incorporado al ataque hayan tenido que desplegarse en la costa y, a pesar de que esta posibilidad la ha eliminado la presencia de un poderoso contingente de la Royal Navy, su llegada se ha producido demasiado tarde para alterar los planes
Contraataque neozelandés en Maleme.
El ataque neozelandés se ha producido finalmente. Para su desgracia, las tropas paracaidistas alemanas han establecido firmes líneas defensivas y, además, las recién llegadas tropas de montaña alemanas se han revelado muy combativas. El ataque enemigo, poco a poco, ha quedado dislocado, fracasando su intento de reconquistar el aeródromo. Al amanecer, los alemanes han descubierto que los neozelandeses han abandonado sus posiciones en la Colina 107. De ese modo, los Junkers Ju 52 han podido aterrizar a placer en el aeródromo de Maleme, sobre el que ya no cae fuego de artillería enemiga. El comandante Gebirgsjäger, el General Ringel, ha aterrizado durante el día de hoy y Ramcke le ha entregado el mando de las fuerzas alemanas al oeste de la isla y se ha unido a sus grupos de asalto Fallschirmjäger que han logrado abrirse paso hacia el este y están tomando parte en los fieros combates por el Risco Platanias que domina la costa norte hacia Canea.
Los Gebirsgjäger y sus características mulas ya operan en Creta.
En realidad, la batalla ya está decidida. A partir de este punto, a los Aliados no les va a quedar otra alternativa que, una vez más, lanzarse en carrera hacia el mar y protagonizar el enésimo Dunkerque de la guerra siguiendo el ejemplo del Rey Jorge II de Grecia que en estos momentos huye hacia Egipto. Eso, si antes las tropas alemanas no consiguen rodearlas y darles caza.
Uno de los famosos caïques, veleros pesqueros con motor típicos del Mediterráneo que los alemanes emplean como transporte de tropas.
Caïques bajo el fuego de la Royal Navy.
Mientras tanto, el Almirante británico Andrew Cunningham, decidido a que ningún transporte de tropas alemanas alcance Creta, ha enviado a la Fuerza C (tres cruceros y cuatro destructores) del Almirante Ernest Joseph King hacia el Mar Egeo a través del Estrecho Kaso para atacar a una flotilla de transportes que se dirige a Creta escoltada por el torpedero italiano Sagittario. La fuerza británica ha hundido un caïque que se ha separado de la flotilla principal a las 08:30, pero ha sido sometida a un ataque aéreo constante que literalmente la ha dejado sin municiones antiaéreas. Los británicos, navegando en dirección a la isla de Milos, han avistado finalmente al Sagittario a las 10:00. Sin embargo, el Almirante King ha tomado la difícil decisión de no atacar, a pesar de su abrumadora ventaja, debido a la escasez de municiones y al ataque de torpedos que ha llevado a cabo el buque de guerra italiano. Sí que ha logrado, no obstante, forzar a los alemanes a abortar su operación de desembarco naval y, de hecho, en lo que resta de campaña de Creta, los alemanes han decidido no volver a llevar a cabo ninguna intentona similar y emplear en lo sucesivo únicamente los aeródromos. Durante la operación de rastreo y la retirada, la Fuerza C de King ha sufrido graves pérdidas a manos de los bombarderos alemanes, con el crucero HMS Naiad dañado por impactos cercanos y el crucero HMS Carlisle alcanzado por varias bombas.
Achtung, Stuka!
Los Stuka sobrevuelan un buque de guerra británico (puede distinguirse en la fotografía uno de sus cañones).
La Fuerza C se ha unido a la Fuerza A1 del Contra Almirante Bernard Rawlings en el canal Kithera. La Lufwaffe ha sometido entonces a los británicos a un castigo brutal. En rápida sucesión, el acorazado HMS Warspite ha encajado una bomba y el destructor HMS Greyhound ha resultado hundido. King ha enviado al HMS Kandahar y el HMS Kingston a recoger supervivientes mientras mantenía a los cruceros HMS Gloucester y HMS Fiji proporcionando apoyo antiaéreo, olvidándose de una manera un tanto incompetente de su escasez de municiones. Como resultado de ello, el HMS Gloucester ha sido alcanzado por varias bombas mientras la escuadra británica se retiraba y ha tenido que ser dejado atrás. 700 marineros y 22 oficiales a bordo del crucero han perdido la vida.
El HMS Gloucester sometido al acoso de los Stuka.
Una instantánea del HMS Gloucester yéndose a pique.
Los ataques aéreos contra la Fuerza A1 y la Fuerza C han continuado. Dos bombas han alcanzado al acorazado HMS Valiant, a bordo del cual se encuentra el Teniente Príncipe Felipe de Grecia, Duque de Edinburgo y después otra bomba ha alcanzado al crucero HMS Fiji, desmantelándolo. Un Junkers Ju 88 pilotado por el Teniente Gerhard Brenner se ha lanzado entonces contra el HMS Fiji y le ha acertado con tres bombas, enviándolo a pique. 250 marineros han perdido la vida y 500 supervivientes han sido rescatados por el HMS Kandahar y el HMS Kingston.
Los británicos quizás se ufanen por haber conseguido hacer retroceder al convoy de refuerzo del Eje pero, a cambio, las pérdidas del día para la Royal Navy se elevan a dos cruceros pesados y un destructor hundidos además de dos acorazados y otros varios destructores y cruceros seriamente dañados por impactos de bomba. Además, lo que no pueda ser llevado por mar, ¡la Luftwaffe lo enviará por el aire!
Deutschland, Sieg Heil!