"Mae Mobley nació una mañana de domingo en agosto de 1960. Un bebé de misa, como los llamamos nosotros. Me dedico a cuidar bebés de familias blancas, además de a cocinar y limpiar sus casas. A lo largo de mi vida, he criado diecisiete niños. Se cómo conseguir que se duerman, que dejen de llorar y que se sienten en el orinal antes de que sus madres se levanten de la cama.
Sin embargo, nunca antes había visto a un bebé berrear tanto como a Mae Mobley Leefolt. El primer día que entré en esa casa allí estaba, colorada como un tomate y aullando debido a un cólico, luchando por quitarse de encima el biberón que le ofrecía su madre como si le estuvieran intentando meter en la boca un rábano podrido."
Hoy traigo un libro que ha recorrido mil manos y librerías, una de las lecturas que todo el mundo conocía y muchos fueron al cine a ver. Como es mi costumbre, he preferido esperar al paso de la euforia para dedicarme a él. Hoy traigo a mi estantería virtual, Criadas y señoras.
Conocemos a Skeeter, acaba de volver de la universidad a Jackson, pero le queda por cumplir la ilusión de su madre, verla casada. Conocemos también a Aibileen, una mujer que ha criado a muchos niños blancos y que está ahora criando a una niña como si fuera propia aún sabiendo que no lo es y que serán separadas en el momento preciso, y junto a ella a Minny, gran cocinera pero poco diplomática.
Estas mujeres se embarcarán juntas en una historia inolvidable, la de contar un testimonio.
De las cosas que más me sorprendieron del libro fue leer que la autora se había inspirado en Demetrie, su sirvienta negra a la que consideraba de la familia y cuya situación real tardó muchos años en ver. Desconozco a lo que se puede referir exactamente, pero ella siempre ha dicho que su libro trata del punto de vista de las criadas negras en la época de la lucha por los derechos humanos. A juzgar por las ventas, en apenas un par de semanas estaba en las grandes listas de ventas, lo hizo bien. Situándose en un momento en que las criadas negras eran quienes se encargaban de lo más valioso de las casas, los niños, pero de las que luego no se fiaban para las cosas materiales, busca su autora transmitir emociones apenas contenidas entre textos que claman por la igualdad en un momento en que la segregación es un hecho. Un momento en el que se observan unos a otros.
Situado justo después de la abolición de la esclavitud, nos enseña que tras este momento hubo un duro camino hasta conseguir la igualdad. Aún hay una separación entre las señoras blancas que viven sus vidas tranquilas y fáciles mientras sus criadas negras hacen el trabajo duro. Y ahí es donde aparece Skeeter con su idea de escribir un libro en el que varias sirvientas negras cuenten sus vidas como criadas, una tarea en extremo compleja porque se trata de hablar con personas acostumbradas a callar y vivir con miedo.
Con un ritmo ágil y una prosa amable nos muestra personajes de ambos lados de la línea imaginaria de la igualdad para contarnos una historia dura pero amable. Vemos los dos lados y como la tensión se apodera de algunos personajes. Los sentimos cercanos, acompañamos el proyecto del libro y las reacciones que se viven a través de los ojos de muchos de sus personajes gracias a las completas descripciones personales que nos vamos encontrando y pronto nos sentimos totalmente involucrados en la trama.
Una lectura de verano y una película también de verano, que se nos escurrirá de entre las manos y, sobre todo, una prosa amable de leer.
Una duda, ¿vosotros leéis los libros en pleno boom o preferís esperar cuando hay mucho bombardeo para así disfrutar sus letras de una forma menos mediatizada?
Gracias