Páginas: 560
ISBN: 9788415140047
Precio: 10€
A veces es bueno fiarse de la intuición. Me encanta escribir y leer reseñas, pero en ocasiones basta un título o una portada sugerente para que empiece a babear y me encapriche del libro en cuestión. Si además las críticas lo alaban —caso de Criadas y señoras, que se ha convertido en todo un best seller en su país de origen—, mejor que mejor. Salvo que en lo que queda de año se alineen los planetas, puedo decir que esta novela es la última que se lleva mi máxima puntuación de este 2010. Y no, no es porque las Navidades me hagan sentir generosa: el libro lo vale y punto.
Sinopsis
Aibileen tiene una amiga, Minny, que también trabaja como asistenta. A diferencia de la bondadosa Aibi, Minny tiene la lengua afilada y su incapacidad para cerrar el pico le ha hecho ganarse una mala reputación en Jackson. Cuando parecía que nadie iba a contratarla tras su último despido, la suerte se puso de su lado y encontró a un matrimonio recién llegado que no estaba al tanto de su fama. Además, la mujer, Miss Celia, es de orígenes humildes y no consigue entrar en la Liga de Damas, por lo que todavía lo tiene más difícil para descubrir el historial de Minny.
En el libro también hay un lugar para una protagonista blanca (a todas luces inspiradísima en la propia autora): Miss Skeeter, una joven de veintitrés años que acaba de terminar sus estudios universitarios. A diferencia de su mejor amiga —la que tuvo la idea de los retretes—,tiene una mentalidad avanzada para su tiempo y no le preocupa encontrar un marido ni peinarse de la forma adecuada. El sueño de Skeeter es ser escritora y, mientras busca un tema original para su primer libro, los recuerdos de la criada que la cuidó de pequeña llegan a su mente.
Estilo
Tal y como se dice en el propio libro, su estilo es sencillo pero hermoso. En otras palabras: está bien escrito y te sumerge en sus páginas, mas no encontraréis fragmentos rimbombantes ni descripciones pesadas (por mí perfecto, oye). Me gusta que se plasme el lenguaje coloquial de las criadas y que a la hora de narrar cada una se exprese de una forma distinta (tened en cuenta que cada capítulo está narrado por una de las tres protagonistas): Aibileen con su humildad y su dulzura, Minny con su garra, y Skeeter como la joven inteligente que es. Aprovecho para decir que los cambios de narradora están muy bien hechos, no se pierde el hilo y todas me han atrapado por igual, no puedo decir que los fragmentos de X personajes me resultaran más pesados. Por otra parte, la novela engancha desde el principio sin ser tampoco un thriller. Aunque por su extensión parezca largo, el texto es muy ameno y no me ha aburrido en ningún momento (y ya sabéis que yo soy de aburrirme fácilmente), así que no tiene que echaros para atrás por ese motivo. Por último, destaco el sentido del humor que desprende a pesar de la dureza de algunas situaciones.Ambientación
Impresiones
Me cuesta definir el libro sin tener la impresión de que me quedo corta. Criadas y señoras es una historia entrañable, capaz de transmitir una sensación reconfortante a la vez que afronta momentos complicados. Esto es, evita los dramatismos y se convierte en uno de esos relatos que dejan buen sabor de boca a pesar de la penosa situación que plasma. Las criadas deben pasar por momentos de lo más humillantes, pero la autora no enfoca el tema desde un punto de vista dramático, sino desde una persona que acepta lo que le ha tocado vivir e intenta ver el lado positivo de las cosas. Las escenas en las que las mujeres negras se apoyan entre ellas son preciosas. [Inciso: aunque no tenga nada que ver en el contexto y el argumento, Un árbol crece en Brooklyn de Betty Smith también cumple lo que digo en estas líneas y puede gustaros si os gustó Criadas y señoras, y viceversa. No viene muy a cuento en la opinión, pero mientras leía me acordé de esta delicia que también valoré con un 10/10 en su momento.]Los personajes son todos maravillosos, desde las protagonistas hasta el secundario que solo habla una vez. La autora perfila perfectamente los caracteres de las mujeres y te implica en sus vidas, consigue que todas te caigan bien a pesar de ser tan diferentes entre ellas. Yo en particular me he sentido un poco identificada con Skeeter —el bicho raro que quiere escribir mientras sus amigas tienen la cabeza en otra parte—, aunque no me costaba nada relacionar las personalidades de los demás con gente de mi alrededor. Resulta interesantísimo analizar las actitudes de cada personaje y pensar en cómo actuarán. Quizá el único ‘pero’ del libro es el hecho de que todos pecan de cierto maniqueísmo bueno-malo (porque cuando uno de los bondadosos actúa mal, se le entiende por las circunstancias); no obstante, son tantas las virtudes de esta novela que se lo perdono.
Por otra parte, a pesar del buen humor que destila no comete el error de volverse azucarado y cursi. Por poner un ejemplo, la relación que empieza Skeeter no cae en tópicos de amor a primera vista: el primer día el chico parece un capullo integral y ella no quiere saber nada de él, el proceso de enamoramiento va poco a poco y se conocen como dos personas normales, sin caer en un idilio digno de las comedias románticas. El final también es digno de mención: la historia acaba bien para unas y no tan bien para otras, pero el libro sabe sacar la esperanza incluso en los malos momentos y eso es lo que me gusta de él, que plantea situaciones duras y les planta cara, no busca el final idealizado y facilón.
Para terminar, quiero decir que la edición española está muy cuidada, tanto en la traducción como en la cubierta (diría que el título Criadas y señoras me gusta incluso más que el original, The Help). Últimamente Maeva apuesta mucho por la novela negra nórdica (y lo entiendo porque es lo que está de moda y hay que aprovecharlo), pero espero que no dejen de lado estas historias costumbristas y entrañables porque pertenecen a un género que siempre tendrá un público fiel.
Conclusión
Enlaces de interés:
Web de Kathryn Stockett
Web española de Criadas y señoras
Mi valoración: 10/10