TRADUCCION: Álvaro Abella
AUTOR: Kathryn Stockett
EDITORIAL: Maeva (Edición Círculo de Lectores)
ISBN: 978-84-672-4042-9
PÁGINAS: 557
PRECIO: 17,95€
CONTRAPORTADA:
Jackson, Misisipi, 1962. A la vuelta de su estancia en la universidad, Skeeter descubre que Constantine, la fiel criada negra de la familia, ya no está, y nadie quiere explicarle qué ha ocurrido. Sin el apoyo de su aya Constantine, la única que conoce sus secretos deseos de ser escritora, Skeeter no soporta el aire enrarecido de Jackson… hasta que concibe un proyecto que puede hacer saltar por los aires el precario equilibrio de una sociedad hipócrita y cerrada. Pero primero tendrá que dirigirse a Aibileen, que ha pasado la vida criando a los bebés blancos, y que acaba de perder a su único hijo, y también a Minny, la negra más deslenguada de todo el estado de Misisipí. Juntas descubrirán que están hartas de normas, porque hay silencios que matan y hay historias que tienen que contarse, aunque conlleve un gran riesgo.
Ya comenté en el BBF de esta novela que aunque iba lenta por falta de tiempo, el libro me estaba encantando y no sabéis qué pena me dio terminarlo. Primero porque la historia me ha parecido maravillosa y segundo porque quería saber mucho más. ¿Qué pasa con Minny? ¿Y con Aibileeen? Pero bueno, vayamos por partes.
Creo que a estas alturas todo el mundo conocerá el libro y si no ya habrá empezado a oír hablar de la versión cinematográfica del mismo que se estrenará en Octubre, y si ni por esas te suena, aquí estoy yo para decirte que vayas a tu librería, biblioteca o a casa de un amiguete a cogerlo.
Leer esta novela es, sobre todo, ponerse en la piel de estas criadas negras y vivir y aguantar lo que ellas vivieron y aguantaron durante muchísimos años, simplemente porque su piel era oscura y aunque la mayoría (tanto blancos como negros) lo aceptaban, esta historia habla del momento en que todo eso comenzaba a cambiar, aunque muy lentamente. El momento en el que el nombre Martin Luther King empezaba a sonar familiar.
Nos encontramos en Jackson (Misisipi). 1962. Sketeer Phelan regresa a su hogar tras terminar sus estudios universitarios y tiene algo muy claro: quiere ser escritora. Así que comienza a trabajar en el periódico local escribiendo sobre "trucos del hogar", tema sobre el que no tiene ni idea, pero para lo que contará con la ayuda de Aibileen, la criada negra de su amiga Elizabeth Leefolt. En realidad lo que ella quiere es escribir sobre algo interesante y siguiendo el consejo de Elaine Stein, una editora a la que ha mandando su curriculum busca un tema que lo sea.
Cuando no esté haciendo copias o preparando café para su jefe, mire a su alrededor, investigue y escriba. No pierda el tiempo con cosas fútiles. Escriba sobre lo que le molesta, sobre todo si es algo que a los demás parece no importarles.
Así que el tema elegido es la vida de las criadas negras en casa de sus señoras blancas. La experiencia personal de cada una de ellas, las anécdotas vividas, etc., cómo pueden compaginar el trabajo en sus propias casas y la crianza de sus hijos, con el trabajo para sus señoras blancas, rodeadas de un ambiente racista sin que su autoestima y orgullo se vean afectados. El problema será lograr la colaboración de las criadas temerosas de la reacción de una sociedad en la que una persona negra podría ser apaleada por utilizar el baño de los blancos, donde no está permitido utilizar el agua de la misma fuente, comprar en el mismo supermercado o usar el mismo vaso para beber.
Aibileen será la primera en colaborar con Skeeter e intentará convencer a algunas criadas más. La cosa está complicada pero finalmente Minny también acepta. Sin embargo un hecho inesperado hará que el resto de criadas finalmente decidan colaborar y Skeeter se encuentra con un montón de historias que contar y mucho trabajo por delante. El principal problema para ella es que lo debe hacer todo a escondidas, no sólo de sus amigas, sino también de su madre, cuyo principal objetivo desde que Skeeter regresó de la universidad, es encontrarle un marido. Tan preocupada está por casarla que empieza a sospechar que pueda ser lesbiana y durante una temporada le prepara una infusiones para ver si se le cura... (sin comentarios).
Son muchas las criadas negras que nos irán contando su experiencia en las casas en las que han trabajado, pero los personajes principales de esta historia sin duda son Aibileen y Minny (por el lado de las criadas) y Skeeter y Hilly (por el lado de las señoras).
Minny es simplemente fantástica. Tiene una vida personal muy dura, un marido con la mano muy suelta y muchos hijos a los que alimentar, pero no es capaz de controlar su lengua muchas veces y eso hace que la despidan de algunas casas. Es respondona pero muy divertida. Me ha hecho reír en muchas ocasiones y es un personaje al que le coges un enorme cariño.
Skeeter, es nuestra "heroína" por llamarla de algún modo. Ella adoraba a la criada negra que la crió y que fue despedida por su madre. Que pretenda convertirse en escritora y no en una respetable ama de casa la convierte en "un bicho raro" entre sus amigas, que son unas estiradas y unas pedantes. Además no le gusta ni entiende el modo en el que algunas de esas "amigas" tratan a sus criadas y por ello decide escribir sobre sus experiencias personales.
Hilly Holbrook, vendría a ser "la mala" de la historia. Un personaje muy influyente en Jackson y que tras una apariencia de respetable Dama (de hecho es presidente de la Liga de las damas), oculta a una persona racista, fría, débil e ignorante, que está empeñada en que cada casa de Jackson debe tener un retrete en el exterior para que pueda ser usado por las criadas negras y así evitar "contagios". Es prepotente y abusa de su poder para hacer mucho daño. La verdad es que acabas odiándola, pero hay que reconocer que es un personaje muy interesante.
En realidad las cuatro protagonistas están muy bien perfiladas. Son personajes muy completos con caracteres muy distintos, y la autora consigue hacerlos muy reales. También el resto de personajes que intervienen en el libro están muy bien definidos. Me han gustado especialmente la madre de Skeeter y Miss Celia, la nueva patrona de Minny y su misteriosa historia. Pero no sólo disfrutaremos viendo como poco a poco Skeeter va a escribiendo ese libro, también hay más historias escondidas en que te llegan a sorprender y te hacen disfrutar de la lectura de tal forma que estás deseando volver al libro en el momento en que dejas de leer.
La ambientación de la novela es magnífica. Te transporta a Jackson desde el comienzo haciendo un magnífico retrato de la sociedad de la época, donde la diferencia de clases estaba muy marcada y te convierte en testigo mudo de cada una de las historias de esas criadas negras y del ambiente de segregación que se respira. Notaremos esa sensación de "peligro" constantemente por estar haciendo algo casi "prohibido".
En cuanto al estilo, el libro está narrado en primera persona y la historia la van contando alternativamente Skeeter, Aibileen y Minny, algo que no rompe para nada el hilo de la historia y hay una cosa que me ha gustado especialmente (y me ha sorprendido porque es algo que a veces me molesta) y es que la autora haya decidido en los diálogos en los que intervienen las criadas utilizar su lenguaje coloquial. Por poner un ejemplo. En lugar de decir "¿Demasiado para mí?", utiliza "¿Demasiao pa mí?". Cada vez que leía sus diálogos me acordaba de la inolvidable "Mamita", la criada negra de Escarlata O'Hara.
Creo que es una novela muy sencilla de leer por su prosa clara, ágil y directa y por un ritmo ameno y constante que no decae en ningún momento. Por ponerle dos peros pequeñitos, diré que quizás los buenos son muy buenos y los malos malísimos, pero no dudo ni por un instante de que en la realidad se dieran personas así de buenas y de malas, por lo que para mí no es ningún defecto, al menos en el contexto de esta historia y por último ese final que me ha dejado con ganas de saber más cosas sobre Minny y Aibileen.
Kathryn Stockett
Es un libro fantástico, absolutamente recomendable para todo el mundo (caballeros incluídos, a pesar de que esas galletitas de la edición de Maeva les puedan echar para atrás) porque aunque muchas de las historias que se cuentan da vergüenza e incluso pena leerlas, no resulta para nada un libro sensiblero ni tristón. Si algo han sabido hacer estas mujeres es adaptarse y sobrevivir a veces a situaciones degradantes y bochornosas y a pesar de todo, tirar hacia delante y buscar el lado positivo a su vida e incluso te hacen sonreír en más de una ocasión con algunas de sus ocurrencias o pensamientos. De todos modos cabe mencionar que no todas las criadas han vivido malas experiencias y por supuesto eso también se refleja en el libro que Skeeter está escribiendo. De hecho su propia historia con Constantine (la criada que tuvo en su niñez) también formará parte del libro.
Para la autora esta es su primera novela, aunque ella la considera una obra de ficción, está basada en su propia experiencia. Ella también nació y se crió en Jackson en 1969 y en su casa también había una criada negra que limpiaba, cocinaba y se ocupaba de su familia a la que llegó a querer mucho. Para documentarse sobre esta época se entrevistó con mujeres blancas que fueron criadas por mujeres negras y la mayoría recordaban con cariño muchas de las cosas que les enseñaron. Como ella misma comentaba en la entrevista, siendo niña el color de la piel no tiene importancia, quería a su criada por el cariño que recibía de ella.
Este es uno de esos libros para los que quisiera tener 6 gusanitos o más. Simplemente maravilloso.