Como madre primeriza, inauguré mi maternidad llena de miedos, inseguridades, opiniones... junto a lo que decía el corazón, pobre, que a veces se desorientaba más que yo...
Como madre desinformada, fui haciendo lo que pude, llena de críticas, y por lo tanto llena de culpas: hacía upa, cuando se suponía que tenía que dejar llorando en el cochecito o en la cuna; dormía con mi bebé en la cuna ("colechaba", ni sabía que existía la palabra); mi hijo es muy "mamero" y yo no hago nada contra eso, etc, etc, etc...
Empecé este blog porque por un lado necesitaba hacer catarsis, pero por otro lado necesitaba volcar la experiencia, sobre un montón de cuestiones, sobre todo para las futuras mamás, o para las recientes madres, para que no tengan que "pasar por lo mismo que una".
Por eso, sobre todo en Facebook, cuando alguien me escribe un "gracias" porque al leer una entrada mía se siente más aliviada porque no es la única, de algún modo pienso "bueno, misión cumplida"... no se trata que ando diciendo lo que está bien o lo que está mal, se trata que, como muchas mamás blogueras que leo, promuevo la crianza con apego, en medio que un mundo todavía bastante teñido de conductismo.
No voy a negarlo, yo hacía las cosas como me salían, leyendo los blogs cuando comencé con el mío ví que lo que hacía (porque me dictaba el corazón) era "crianza con apego" (como "colecho", palabras que no sabía que existían).
Entonces, me puse a pensar, ¿qué es "lo otro"? Eso del "método Estivill" (dejar al niño llorar hasta que se duerma), eso de "no hacer upa, que se malcría", eso de "es demasiado mamero, no le prestes atención, que llore", eso de "poner límites"... Eso de "acción" para conseguir una "reacción", eso de "estímulo" para tener una "respuesta": Conductismo.
Soy docente, tengo algunos poquísimos estudios sobre Psicología, y he leído "Conductismo", corriente que estudié como una teoría psicológica entre tantas. Y me acordé del perro de Pavlov (a uno que mediante estímulo-respuesta, cada vez que se tocaba una campanita le daban un pedazo de carne, y luego bastaba tocar la campanita para que el perro salivara). Fue una corriente que se investigó y se difundió a mediados del siglo pasado (dicho de esta manera con todo el doble sentido!) por 1950.
Como persona, como docente, lo veo como un método de adiestramiento. Buscando obtener una respuesta determinada, se ofrece un estímulo determinado (como el perro de Pavlov). Luego apareció un concepto que lo reforzaría, "recompensa" (si la respuesta era la esperada) o "refuerzo", si no se conseguía el objetivo esperado, pues sí o sí había que conseguir esa respuesta.
Nunca me gustó este método. Porque a pesar de que soy profesora de Matemática, desde siempre he amado la creatividad, la manera novedosa y original de hacer las cosas. Soy docente de una ciencia dura, que se enseña muy mal, de manera conductista (justamente), donde normalmente se muestra una manera de hacer las cosas. Por eso mis alumnos se ríen cuando les digo que la Matemática es como un juego, donde hay reglas (propiedades, leyes, teoremas) que hay que respetar y luego, a jugar: un ejercicio, un problema puede resolverse de maneras diferentes mientras respetes las reglas del juego, como cualquier juego.
Traigo a colación esto porque en general soy una persona a quien el conductismo le parece una concepción demasiado reducida de las cosas: a una acción, una reacción; a un estímulo, una respuesta... ¿y el ser único y original que hay adentro de cada uno de nosotros?
Cuando a las diferentes concepciones les empecé a poner nombre, empecé a ver más claro. Respeto cada concepción, y cada decisión de madre o de padre. Pero creo que debería haber más información al respecto sobre por qué tomamos las decisiones que tomamos.
Quiero decir, sobre mi manera de criar a mi hijo, crianza con apego, hecha tan a contramano con lo que todos opinan, antes me sentía muy criticada y con culpa por no hacer como me decían, pero si ahora alguien tiene algo que cuestionar, puedo decir sin que me tiemble un pelo por qué hago lo que hago. Tengo información, y puedo fundamentar cada cosa que hago en la crianza con mi hijo.
En parte, por eso este blog y por suerte muchos blogs más, donde promovemos "una nueva maternidad": una crianza con apego, que para mí es sinónimo de escuchar al corazón, que incluye porteo (otra palabra que no conocía, sinónimo de "hacer upa" que para mí es sinónimo de "abrazo con mi hijo"), colecho, etc, etc, etc.
Habrá otros blogs donde se promueva otra concepción: conductismo, método estivill, no hacer upa, que el bebé se duerma solo en su pieza llorando, etc, no lo sé, no me crucé con un blog que difunda esa teoría.
Lo importante es la información, que cada madre sepa por qué lleva la maternidad que lleva, que le pueda poner un nombre para poder defender su postura en un mundo donde se vive atacando al otro por cómo hace las cosas. Como leí hace poco en una entrada de Louma del blog "Amor Maternal" a las futuras madres habría que regalarles tapones para los oídos porque cuando sos madre te transformás en un imán de opiniones me pareció tan acertado y genial!