Los Mares de Baja California Sur tienen más de 400 años sorprendiendo con sus criaturas casi míticas.
Desde el inicio de la humanidad el mar contiene misterios tan extensos como su misma profundidad, los antiguos escandinavos tenían al temible Kraken que era un gigantesco pulpo que destruía embarcaciones sin piedad, los griegos tenían a sus encantadoras sirenas que atrapaban a los marineros con sus cantos y engaños para devorarlos, incluso existe gente que asegura que un dinosaurio del Pleistoceno aun habita nuestro planeta, el célebre Plesiosauro en el Lago Ness en Escocia, al cual los habitantes llaman Nessie, quizás este querido dinosaurio sea el más polémico debido a la enorme cantidad de evidencias y testigos que presenta ( muchos de ellos refutados) pero la investigación sigue abierta, y considerando que se han descubierto especies que han sobrevivido más de 65 millones de años como por ejemplo el celacanto (pez abisal que sobrevive a la época de los dinosaurios) entonces su existencia no podría ser tan descabellada.
Jacques Cousteau denominó al Mar de Cortés, acertadamente debido a que contiene el 40 % de las
especies de todo el mundo, además de muchas endémicas de nuestra región, no es extraño que si se quiera iniciar una búsqueda de criatura marinas fantásticas el punto de partida sean los mares Sudcalifornianos.
Quizás el primer avistamiento de una criatura marina fantástica fue el reportado por Grijalva el explorador español describió en su viaje por la península, a un ‘hombre marino’: “se regocijaba de la misma manera que un mono, zambulléndose y bañándose con las manos, y mirando a la gente como si tuviera sentido”. Aproximadamente en el año 1555.
El “pez mujer” encontrado por el Jesuita padre Ignacio Tirsh, quien fue un curioso observador de la naturaleza y criaturas en Baja California, cabe señalar la importancia de sus dibujos, ya que actualmente se encuentran en un museo en Checoslovaquia, quien encontró al curioso espécimen en la antigua llamada Bahía de Palmas en el año 1764.
El padre Victoriano Arnés también contribuyo al mito al realizar la descripción en base a un espécimen seco encontrado por él. La descripción que transcribe de Miguel del Barco es la siguiente:
“El Pez Mulier (mujer) tenía la figura de una mujer de medio cuerpo para arriba; y de pescado común de medio para abajo. Como lo hallamos seco y aplastado como un bacalao, no se pudo hacer mucha anatomía. No obstante parecía una cara, un cuello y hombros y pecho blanco como si llevara una costilla, y tuviera descubierto los pechos; aunque no recuerdo si se distinguían pezones. Lo demás estaba cubierto de escamas, y remataba en cola como otros peces. Su grandor seria de dos palmos, y de a proporción de ancho, a semejanza de un bacalao no se descubrían brazos ni cabellos. Lo hallamos en la playa en el diámetro opuesto a mi misión de Santa María, en el mar del sur, en una ensenada que se forma al fin del arroyo llamado catabiña.” (Todo esto encontrado en el libro de Gilberto Ibarra Rivera “Escritos y escritores de temas sudcalifornianos” disponible para su consulta en el Archivo histórico Pablo L. Martínez.)
Como lo sabemos el mar es inmenso no hemos explorado ni el 10% del fondo marino, no es de extrañarse que cada día encontremos nuevas especies, increíbles y casi míticas, todo esto alimenta nuestra imaginación y curiosidad.