Aquel acto terrorista, cometido el 6 de octubre de 1976, fue repudiado durante una vigilia "patriótica y revolucionaria" realizada por cientos de estudiantes cubanos en el Monte de las Banderas de la Tribuna Antimperialista José Martí, situada frente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en Cuba.
Por aquel crimen, el gobierno cubano decretó en 2010 conmemorar cada 6 de octubre el Día de las Víctimas del Terrorismo de Estado, también como tributo a los más de 5.000 cubanos muertos o que quedaron incapacitados, "víctimas de la política de terrorismo de Estado auspiciada por los sucesivos gobiernos estadounidenses".
La voladura del avión DC-8 costó la vida de cinco coreanos, 11 guyaneses y 57 cubanos.
El aparato estalló en el aire, a los pocos minutos de despegar del aeropuerto Seawell, hoy Grantley Adams, de Barbados, en tránsito hacia Cuba.
Según las investigaciones, Luis Posada Carriles y Orlando Bosch Avila, ambos de origen cubano, planificaron la acción en Venezuela, donde contrataron los servicios de los nacionales Hernán Ricardo y Freddy Lugo para colocar dos bombas con explosivo plástico C-4 en el aparato.
Los cuatro fueron detenidos y juzgados en Caracas en un dilatado proceso judicial en el que Bosch Avila fue absuelto, al parecer debido a fuertes presiones sobre el tribunal.
Ricardo y Lugo fueron condenados a prisión, al igual que Posada Carriles, nacionalizado venezolano, pero este se fugó de la cárcel en agosto de 1985 con la ayuda de las autoridades del penal.
Posada Carriles confesó a la prensa estadounidense la autoría del hecho terrorista, y en su libro "Los caminos del guerrero", publicado en 1994, narra sus actividades violentas contra Cuba y cómo la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos lo ayudó a escapar de la cárcel venezolana.
Entre otras operaciones, Posada también dirigió una serie de atentados con bombas en 1997 en instalaciones turísticas de La Habana, que causaron la muerte del vacacionista italiano Fabio di Celmo.
Un año después de esos atentados, Posada Carriles dijo al diario "The New York Times" que no tenía remordimiento alguno. "Duermo como un bebé", expresó.
En el año 2000, intentó asesinar con explosivos al ex presidente cubano Fidel Castro en Panamá, pero fue arrestado poco antes de cometer el atentado. Cuatro años más tarde fue amnistiado por la entonces mandataria panameña Mireya Moscoso.
Luego, en 2005, ingresó de manera ilegal a Estados Unidos y tras ser detenido con documentos falsos en un centro migratorio en El Paso,Texas, una corte local lo absolvió de cargos como fraude migratorio, perjurio y obstrucción de la justicia, al tiempo que soslayó su condición de terrorista y prófugo internacional.
El gobierno de Venezuela ha solicitado la extradición de Posada--quien reside en Miami, donde falleció Bosch en abril último-- por tener cuentas pendientes con la justicia, pero la Casa Blanca se apoya en artilugios legales para no acceder a la demanda.
La Habana sostiene que Washington tiene un doble discurso en la supuesta lucha contra el terrorismo, pues desarrolla una política de fuerza y presión y ha desatado ya dos guerras con ese propósito, mientras acude a todo tipo de maniobras para dar cobija a un criminal.
Para las autoridades cubanas, basándose en documentos desclasificados y otras informaciones, está claro que la CIA tiene responsabilidad en el "horrendo" suceso de Barbados.
Cuba sostiene que por crímenes como ese tuvo que acudir al "Estado de Necesidad", para proteger a su pueblo e infiltrar a hombres como los cinco cubanos prisioneros en Estados Unidos desde 1998 cuando monitoreaban a grupos anticubanos asentados en el sureño estado norteamericano de la Florida.
Gerardo Hernández, Fernando y René González, Antonio Guerrero y Ramón Labañino --"Los Cinco" como se les conoce en el mundo-- cumplen severas penas de hasta doble cadena perpetua en distintas cárceles de máxima seguridad en el país norteño.
René, uno de los "Cinco Héroes" como los califican en la isla, deberá salir el próximo 7 de octubre, luego de 13 años de encarcelamiento.
En Cuba se reclama su inmediato regreso a La Habana, pero una jueza de Miami decidió que tiene que cumplir en Miami un período de tres años de libertad "supervisada" adicional.
Funcionarios cubanos, familiares y abogados de René coinciden en que la medida representa un "ensañamiento" y lo pone en "grave peligro" pues elementos terroristas en esa ciudad floridana estarán muy atentos a sus movimientos.
La periodista venezolana Alicia Herrera, autora del libro "Pusimos la bomba... ¿y qué?" sobre el crimen de Barbados, señaló el pasado 3 de octubre que la impunidad continúa siendo parte de aquel atentado y que la "pregonada" lucha de Washington contra el terrorismo es una "gran mentira". [XINHUA/ARGENPRESS.info]