Era evidente la innecesaria crueldad en la actuación represora del Gobierno sionista contra el pueblo palestino en su intento, no sólo a la hora de enfrentar una manifestación cerca de la frontera de la Franja de Gaza, sino de confinar y disolver a los palestinos en espacios cada vez más reducidos y rodeados de asentamientos de colonias judías que acabarán conquistando demográficamente en su totalidad lo que fue Palestina hasta la creación del Estado de Israel. Una actuación tan agresiva como ilegal por cuanto viola resoluciones de la ONU e ignora acuerdos internacionales para la resolución del conflicto mediante la propuesta de dos Estados, que Israel se niega aceptar.
En abril del año pasado mostrábamos nuestra indignación por el grado de vileza con que actuaba el Gobierno de Israel contra el pueblo palestino sin que la ONU o la Corte Penal Internacional intervinieran. Con sus pasos lentos, la Justicia parece ahora responder ante una masacre cometida a ojos de todo el mundo y que sólo los pusilánimes denunciábamos continuamente mientras los muertos seguían cayendo del lado de los palestinos. No nos sentimos satisfechos que se reconozcan aquellos hechos porque, aunque la Corte Penal condene a Israel, quien ya ha calificado el informe de la comisión de “mentiroso y parcial”, la justicia llegará tarde para los muertos, el conflicto seguirá existiendo e Israel continuará comportándose casi como los nazis: eliminando a ciudadanos palestinos con cualquier excusa y expulsándolos poco a poco de sus tierras, sin prestarse a encarar una solución definitiva de la situación que pasa por el cumplimiento de las resoluciones de la ONU, el respeto de las fronteras en ellas establecidas y el reconocimiento de la existencia de dos Estados que han de convivir de manera pacífica y colaboradora.