Allá por el mes de enero Laky propuso una lectura simultánea comentada en Twitter, en mi estantería descansaba Martyrium y la yincana criminal empezaba a ser una realidad, y ante la insistencia de la donostiarra de lo mucho que podía gustarme a mi esta novela me dejé seducir. Solamente había un problema, no tenía el libro, en casa se amontonaban peligrosamente los títulos pendientes, mi marido empezaba a ver con malos ojos la entrada de un ejemplar más en casa hasta que no salieran algunos libros y sólo me quedaba una opción, el préstamo bibliotecario.
Así que aproveché que iba a la biblioteca a buscar una lectura obligatoria para mi hijo mayor e investigue si tenían el ejemplar en cuestión, lo primero que me sorprendió fue su tamaño, para ser una novela negra asustaban sus páginas, y ello quedó más patente cuando lo abrí y constaté la letra minúscula que la editorial había hecho servir para esta publicación, 800 páginas son muchas, pero cuando uno se atreve a publicar una novela de esa envergadura me temo que un centenar de páginas más no llevan a ningún sitio y además minimiza el impacto visual en el lector. Al menos yo tengo prohibido por mi oftalmólogo acercarme a ese tipo de letras y suelo rehuirlas.
Sin embargo, la sinopsis de esta novela me ganó, el hecho de que fuera prestada también, no perdía nada si no me enganchaba o si mi vista se resentía, la verdad es que era bastante escéptica sobre los resultados de este titulo, una novela escrita a cuatro manos, con un número de páginas más que elevado, y que no perdiera fuelle a lo largo de la trama. ¿ Cómo pensaban lograrlo los autores?
Quizás esto fue lo que me llevó a enfrentarme a esta lectura por encima de otras consideraciones, mi ritmo lector es bastante lento, mi horario de trabajo de tarde, y los avances del resto de lectores participantes en la simultánea arrollador, pero no me desalenté, la lectura me ocupó unos veinte días, la acarree al trabajo durante una semana, un pertinaz dolor de hombro me convenció de que mejor elegía otra novela para las salidas y relegaba Crímenes exquisitos a la comodidad del sofá. Me he sorprendido robándole horas al sueño, teniendo pesadillas, investigando obras de arte, literarias y cinematográficas. Toda una proeza os lo aseguro lo que han conseguido estos dos autores con esta novela negra, negra, cruel, sádica, con algunos toques ligeros de humor y maldad a espuertas. Donde la denuncia social también tiene su pequeño lugar de honor, junto a los perfiles criminales, una detective que sorprende y un criminólogo que a mi me ha seducido.
No digo que la novela no tenga peros, sin embargo, reconozco que los aciertos pesan más en la balanza, quizás porque soy una persona que no suele vestir de marca, que muchas ni las conoce, ni le apetece conocerlas, el que haga tanto hincapié en la marca de las ropas, de los relojes y modelos de vehículos me ha sobrado, pero supongo que a otros puede que sea eso precisamente lo que más les haya atraído, por eso no me parece relevante en una trama muy bien hilada, en una intriga muy bien dosificada y en unos hilos argumentales que encajan a la perfección en la trama principal dando lugar a una lectura adictiva que se lee con más rapidez de la que el lector podría pensar en un principio.
Los autores:
Nieves Abarca estudió Historia del Arte en la Universidad de Santiago de Compostela. Es Máster en Periodismo por la UOC y espcialista en Perfiles Criminales. Ha trabajado en diversos medios medios de comunicación en A Coruña y Ponferrada. Durante trece años trabajó en un cuartel de la policia local. Es una lectora incansable de la novela negra y criminal.
Argumento:
El cuerpo de Lidia Naveira, una joven de la alta sociedad coruñesa, aparece flotando en el estanque de Eiris recreando la famosa Ofelia de Millais. ¿Qué relación tiene este crimen con el macabro asesinato acontecido meses antes en la Abadía de Whitby?. La inspectora Valentina Negro, con ayuda del famoso criminólogo Javier Sanjuán, liderará una investigación que la llevará a colaborar con Scotland Yard, en una oscura trama a caballo entre A Coruña y Londres. Lo que nadie puede llegar a sospechar es que en la vertiginosa cuenta atrás para atrapar al asesino, deberán enfrentarse a las obsesiones más inconfesables de la sociedad actual.Una novela a cuatro manos:
Tuve el placer de asistir a una una mesa redonda sobre la mujer en la novela negra, en la que participaban Nieves Abarca, y Marta Sanz, por aquel entonces yo ya había leído Crímenes Exquisitos y me había impactado sobremanera. Descubrí una mujer menuda que tenía muchas posibilidades dentro de la novela negra y que no era muy distinta a mí en cuanto a gustos lectores y a lo que busca en el género negro. La charla estuvo muy distendida, y el turno de preguntas fue quizás más corto de lo que me hubiera gustado, sin embargo se planteó una pregunta a la que yo le tenía mucha curiosidad. Y como podréis imaginar esta no fue otra que ¿Cómo se escribe una novela a cuatro manos, sin que se note que no está escrita por un único autor?
Me encantó la respuesta de Nieves, ella no sabía como se escribía una novela así, solo sabía que su coalición con Vicente Garrido funcionaba, que Vicente se encargaba más del perfil social, de la denuncia que pretendía a través de sus novelas, y ella se encargaba del lado oscuro, del mal, de la vertiente sórdida, de la sicología de los personajes puesto que es lo que a ella más le interesa en una novela negra.
Sin embargo no sólo ahí puede radicar su éxito, comentó Nieves, que ambos releen lo que ha escrito el otro, y lo reescriben hasta que consiguen un tono neutro y uniforme, y a fe que lo consiguen, porque en ningún momento he sido capaz de adivinar donde empieza la pluma de uno de ellos y donde termina la del otro, además siempre hubiera pensado que los pasajes más sórdidos podrían deberse a Vicente y por lo visto son obra de Nieves.
Disfruté muchísimo de aquella charla y después me acerqué a la mesa con mi ejemplar de Martyrium que me dedicó con mucho gusto, lamenté no tener más tiempo para comentar la novela, hubiera sido muy fructífero, pero el tiempo apremiaba, el local donde se realizó el evento cerraba sus puertas en pocos minutos y había que recoger, en otra ocasión espero hablar con ella largo y tendido, sobre todo ahora que ya he leído la segunda de sus novelas y tengo en espera la tercera.Mis impresiones:Crímenes Exquisitos apuesta fuerte, con un principio que descoloca al lector, que lo noquea y hace que la adrenalina se le dispare, no hay concesiones, el pasaje que se describe es de una brutalidad impresionante y se queda grabado en la retina, sobre todo si tienes una imaginación tan desbocada como la mía.Desde las primeras líneas te haces incondicional de Valentina Negro, una inspectora de bandera, una mujer que no es consciente de su belleza, que siente la profesión, que arriesga en ocasiones demasiado, y que no sale muy bien parada en ese prólogo al que he hecho referencia, aunque luego termina pareciendo demasiado perfecta, al menos físicamente, una mujer dura, con ciertos fantasmas en el armario que la hacen vulnerable.Podría pensar el lector que después de un comienzo tan duro la novela podría relajarse he incluso perder fuelle porque 800 páginas son muchas, sin embargo no es así porque nos encontramos con varias tramas y subtramas, todas ellas de una actualidad rabiosa, y que se se entrecruzan sin robarse protagonismo entre sí, complementándose para al final terminar encajando como un puzle y mientras el lector no tiene un momento de respiro gracias también a unos personajes soberbios, bien trazados y dibujados con una maestría sin parangón.En la línea argumental podemos encontrar violencia, crueldad, gustos sexuales que se alejan de la normalidad pero que ya no nos resultan tan desconocidos gracias a la trilogía de las sombras, y otros no tanto, todo ello se mezcla con temas candentes como la trata de blancas, la corrupción, los sobornos, el deshonor, la deslealtad, la codicia sin medida, ese todo vale que a veces asquea.Nos encontramos ante una novela muy completa capaz de tocar muchos palos y todos bien tocados, sus autores son polifacéticos y se nota, y ello a su vez obliga al lector a estar bien atento, a sumergirse en los mundos que nos dibujan, a descubrir lo que nos es ajeno, a buscar en internet datos, cuadros, pasajes literarios e incluso operas, puede que haya podido echar en falta unas representaciones de los cuadros, imágenes a las que se hace alusión, me hubiera resultado muy práctico.
Decía que se tocan muchos palos, entre ellos el mundo del periodismo que encarna Lúa Castro, una joven alocada que no duda en meterse en la boca del lobo para conseguir una exclusiva, y no siempre sale bien parada del ímpetu con que acomete ciertas empresas. De su mano conoceremos las triquiñuelas de las que hacen gala algunos periodistas para conseguir información. Lua cuenta con un gran aliado Jaime Anido, un fotógrafo free lance sin escrúpulos que termina uniendo los dos hilos y relacionando crímenes similares.
Gracias a la inspectora Negro conocemos como funciona una comisaría de policía y gracias a Javier San Juan como trabaja un criminólogo, cómo elabora sus perfiles, en que sustenta sus teorías. Pero no son los únicos temas o subtemas, Christian Morgado nos ofrece la visión de un profesor de Arte y crítico artístico y a través de Raquel Conde descubrimos la avaricia extrema, la falta de ética profesional puesta al servicio de los poderosos desvirtuando en exceso el ejercicio de la abogacía.
Pero si hay un personaje que pone los pelos de punta, al que se odia sin posibilidad de redención ese es Sebastian Delgado, mano derecha de Pedro Mendiluce, un hombre capaz de lo más vil y cruel, de su mano conocemos el mundo de la prostitución, la crueldad empleada con aquellas mujeres que no se doblegaban a sus deseos. Cuando el aparecía en escena un nudo se me formaba en el estomago, nada bueno podía suceder, tal era su maldad, todo lo emponzoñaba.
Pero los negocios de Pedro y Delgado no se suscribían solo al comercio de mujeres, también a la especulación inmobiliaria, y a la extorsión de cargos funcionarios para conseguir sus propósitos a pesar de que ello pueda perjudicar a muchas otras personas.
Y cómo colofón un asesino que recrea obras de Arte, reproduce escenas de libros, o pasajes de opera, que pone en jaque a la policía de A Coruña, pero también a la inglesa, una mente insana que pretende crear belleza a través de la muerte y la destrucción y que sumerge a la policía española y a la británica en una carrera contrarreloj para detener a El Artista como han llegado a bautizarlo.
La acción está garantizada durante las 800 páginas de la novela, todos los frentes quedan cerrados, ante tanta maldad y crueldad hay espacio para el humor y también para el romance, que no se enfade Nieves por esta afirmación, en ningún momento a esta novela se la puede tildar de romántica, con el mal campando a sus anchas en todas y cada una de sus páginas.
Si impactante es el inicio, no menos lo es el final, muy digno de la trama hilada y que golpea al lector y lo deja con ganas de más a pesar del poco respiro que ha tenido durante la lectura, no se le puede negar a estos autores que han sabido hacer una novela negra distinta a la que últimamente solemos ver, dura pero sin exceso, sin recrearse en el morbo, pero sin concesiones, para lectores con estomago, abstenerse los sensibles y aquellos que busquen un poco de intriga en una trama romántica, se les puede atragantar en las primeras páginas.
Pero si eres un amante del género negro sin duda disfrutarás de la prosa de estos autores, de su ritmo, de su puesta en escena, de los crímenes que describen de sus personajes bien trazados y dibujados, y de los temas actuales que sin duda no te resultaran desconocidos y que seguro lograrán indignarte. Yo me quedé con ganas de más a pesar de que necesitaba un respiro, creer que en el mundo no puede haber gente tan ruin, por circunstancias tardé un poco más de lo deseado en leer Martyrium, que para mi supone la consagración de estos escritores al alimón.
Conclusión:
Si has llegado hasta aquí, te habrás dado cuenta de que el libro me ha gustado y me convencido, tiene algún que otro pero que no consigue desmerecer la impresión final de la novela. Sus ochocientas páginas están más que justificadas, aunque cuando uno se enfrenta a ese numero de páginas unas cuantas más y una letra aceptable sería un triunfo.
Su detective, Valentina Negro me ha gustado, pero si tengo que ser sincera yo soy más de Javier San Juan, un personaje que me ha enamorado, que no me importaría tener en mi vida, ni encontrar en otras novelas, son personajes complejos, pero humanos y cercanos.
Para mi el éxito de esta novela radica en sus personajes, en la complejidad de sus perfiles sicológicos, pero también en el ritmo que marcan los autores, en ese golpeo continuo al lector, que le obliga a leer sin parar, por mor de sus capítulos cortos, que sitúan siempre al lector tanto en la línea temporal como en el lugar donde se desarrolla, que os recuerdo que es a caballo entre España e Inglaterra, pero además está adornado con flash backs que nos permiten comprender ciertos pasajes.
Ahora te toca descubrirla a ti si he logrado captar tu atención y si no aquí te dejo el booktrailer a ver si así te acabas de convencer.
Retos:
Autores eternamente pendientes
Yincana Criminal: Made in Spain. Uno de sus personajes es un abogado
25 españoles