Aunque, ya en el siglo XVIII, Lievin-Bonaventure Proyart habla del hallazgo de pisadas grandes como las de un elefante pero con garras en África, será en 1909 cuando varios colonos europeos comienzan a dar testimonio de leyendas africanas sobre un ser “medio elefante, medio dragón”. El 7 de septiembre de 1910, Alrededor del mundo da noticias –sin nombrarlo- del Mokèlé Mbèmbé, que las tribus al norte del Zambeze describen como un saurópodo. Madrid Científico publicó en torno a este tema “Un pretendido brontosaurio viviente” (1923). En octubre de 1931 La Revista Blanca tradujo el artículo de R. Thévenin “¿Existen grandes especies de animales por descubrir?” que, si bien trata de especies vivas, incluye una referencia al Mokèle-Mbèmbé. El breve artículo “El último dinosaurio” de la edición del 11/05/1950 del Diario de Burgos es más acorde con el creacionismo nacional-católico: “Los sabios están de acuerdo al afirmar que el dinosaurio vivió en nuestro globo en la época jurásica, y que desapareció de la circulación, digámoslo así, hace cuatro mil años, aproximadamente” y refuerza esta tesis con la leyenda del Mokèlé-Mbembé.
Los testimonios de supuestos avistamientos se han venido sucediendo desde entonces. En 1966, Yvan Ridell fotografió una huella del tamaño de la de un paquidermo, pero con tres dedos en forma de garra, que atribuyó a nuestro críptido. Entre 1976 y 1980, James H. Powell efectuó tres expediciones a Gabón, donde le conocen como "n'yamala" y algunos nativos lo identificaron con imágenes de reproducciones de Diplodocus. En los 80 tuvieron lugar nuevas expediciones (Mackal-Bryan, Regusters) y supuestos avistamientos (Marcellin Agnagna, Rory Nugent). Desde entonces, la cosa parece haberse enfriado un poco.
No obstante, el espectáculo no ha terminado aquí ya que, además del Mokèlé Mbèmbé, el continente africano es la patria de otros críptidos, como el ya mencionado en esta serie Kongamato, el Ngoubou camerunés, cuya descripción sería compatible con Styracosaurus, el Mbielu-Mbielu-Mbielu de las leyendas de los pigmeos, que se ha relacionado con Kentrosaurus, el Muhuru de Kenia, que poseería un mazo como Ankylosaurus o el tiranosaurio congoleño, el Kasai rex.
En el episodio de El trío del aire “La montaña misteriosa” (Julio Vivas, 1953), los protagonistas sobrevuelan África y se cruzan con el Mokèlé–Mbèmbé, que reaparecerá en un momento crítico, resultando determinante para los intereses del trío.
En 1989, Carl Potts y Jim Lee narran una expedición en busca del monstruito en Punisher War Journal #6-7, aunque el Castigador y Lobezno se empeñan en montar un numerito de lucha libre delante del animalito que, como es lógico, se acaba asustando y desaparece.
Por la serie de Alex Grecian/Riley Rosmo Proof (2006) han pasado amiguitos como Nessie. El número #25 (2010) está dedicado al Mokèlé Mbèmbé. Fred Bernard ideó a la exploradora Jeanne Picquigny, que marcha en busca del Mokèlé Mbèmbé en “La paresse du panda”, editado por Casterman en 2016.