Había prometido en este blog no volver a hablar de crisis, pero no puedo evitarlo. La debilidad de la economía española es tal que vuelve a vencerme el sentimiento de que estamos tocando fondo, o incluso de que no lo hemos tocado aún. Lo siento.
La situación de la banca es muy mala. Un ejemplo es Bankinter, en el que Botín (Jaime) ha dado un golpe de mano y ha cambiado al consejero delegado. Bankinter no es un banco que destaque por su morosidad, pero sus resultados han sido muy malos, y las perspectivas de futuro son muy negras. Los bancos no se escapan de la necesidad de redefinirse.
Las cajas no digamos. Y mientras tanto, las empresas ya están perdiendo la esperanza de encontrar ningún tipo de apoyo en el sistemas financiero.
Las grandes empresas, como ya he dicho en un anterior post, van capeando el temporal, pero las pymes están hundidas, económica, financiera y, o que es peor, mentalmente. Se impone el miedo y el pesimismo. Y el resutado de todo ello es una atonía y una parálisis que está alcanzando niveles tan altos que predicen daños irreversibles e el tejido empresarial y económico.
O ahora experimentamos una catarsis y limpiamos a fondo nuestro sistema económico y social o no lo haremos nunca. O acabamos ahora con el derroche, la improductividad, los privilegios injustificados y la cultura del minimo esfuerzo y el pelotazo, o no lo haremos nunca.
Coincido al 100% con Isaac Andic, dueño de Mango, en reclamar la posibilidad de despedir a los funcionarios, y de establecer esquemas de rmuneración flexible para los mismos. Ese cambio y muchos más debemos afrontarlos con valentía si queremos salir de este hoyo.