Crisis: del villancico navideño ” Y llegan y llegan y no dejan de llegar.. ” al agravio comparativo.

Publicado el 28 diciembre 2017 por Solitarios Invisibles @belzinvisible
Sin más reconocimientos de que somos más buenos que el pan.
La crisis no ha terminado, mientras haya contratos precarios y sueldos que en el mejor de los casos no llegan a los 1.000 €, máxime cuando en el supuesto de corresponder a la nueva promoción de empleo tras esa rídicula e inestable recuperación económica, decir que tener uno acuerdo indefinido es tan sólo papel mojado, ya que a la empresa le permite despedir por cualquier motivo disfrazado, bien por falta de empatía con los compañeros, ineptitud, falta de asistencia, razones técnicas, merma del flujo productivo y comercial, etc., lo que se considerará un despido objetivo, produciéndose la extinción del contrato mediante aviso de carta de despido y pago de 20 días por año trabajado con una limitación máxima de 12 mensualidades.

Hecha la introducción, entre las llamadas al ahorro para complementar las pensiones del futuro, restando parte de un miserable sueldo paupérrimo, empieza a convertirse en un mal chiste indecente y sangrante, máxime cuando se persiste a hacerlo cuanto antes, pues las próximas jubilaciones dejarán bastante que desear y necesitarán de un complemento para no morirse de aburrimiento delante de un "mentiroso" televisor . Parece el mantra del llorón, "más "ubre", pues no me llega la leche" ¡ mamón !. ¡ Ya está bien de tanto reírse del personal que abjura de tan bochornoso escándalo, cuando los señores políticos se retiran del escenario con nóminas de por vida, y los presidentes de multinacionales y bancos, a los que tanto admiramos, con la paga de un sólo día viviría todo un año un ciudadano que cobró el mínimo exigible para no tributar por su impuesto sobre las personas físicas.

Y vamos al otro fondo de la cuestión, Red Acoge es una federación que sí recibe subvenciones del Estado y donativos, compuesta por 18 organizaciones no gubernamentales distribuidas por la geografía española. Una entidad que únicamente atiende necesidades de una inmigración cada vez más invasiva y por ende costosa, que ha rechazado en más de una ocasión la solicitud de ayuda benefactora de familias españolas con riesgo de exclusión.

Las "sucursales" asociadas a la Red Acogida : Asociación Alternativa en Marcha (Madrid), Asociación Pro-inmigrantes de Asturias, Bayt Al-Thaqafa ( 1 en Barcelona ciudad y otra en Sat Vicent dels Horts de Barcelona ), Burgos Acoge, Cantabria Acoge, Córdoba Acoge, Guada Acoge, Elche Acoge, Diversidades, Karibu, Lucena Acoge, Mancha Acoge, Murcia Acoge (6 centros), Procomart Valladolid Acoge, Rioja Acoge, Salamanca Acoge, Valencia Acoge, Vega Baja Acoge.

El fin es la acogida, el trabajo en red bajo la óptica de considerar a toda persona inmigrante como sujeto igual a derechos.. financiada con fondos públicos, que ni siquiera tienen acceso los ciudadanos españoles que están pasando por verdaderos apuros económicos, lo que nos hace pensar que en este país somos " más papistas que el Papa" y " más tontos que un zapato de gamuza azul ", por ser un ejemplo de solidaridad que llega a unos límites de insospechada sordidez. España dispone de una "red" de subvencionados para quienes "aterrizan" en nuestra desecada y altísima quimera del bienestar, desprendida por vocación samaritana y pretendida ser "más alta que un pino y más tonta que un pepino". Aexcepción, menos mal, de Caritás y Cruz Roja Española, los españoles quedan en un segundo y "apestado" lugar, ya que estos movimientos de "ejemplaridad" no contemplan ayuda constante alguna en caso de urgente necesidad.

Se ayuda al inmigrante pero no se atiende a los que con su trabajo, esfuerzo e impuestos, ha contribuido para hacer posible tal acción de altruismo mal entendido. Indignante percepción de una realidad y una moralina encapuchada que bien merecería una investigación a fondo sobre cualquier "red" de acogida, por si supuestamente pudiesen esconderse otros intereses más nocivos para el conjunto de nuestra sociedad.

Por si no lo sabían nuestros lectores, existen países con más transparencia y sin tanta "mamandurria" social, en el que no se permite la entrada de extranjeros si va en detrimento de los intereses de los trabajadores propietarios, al fin y al cabo, de la tierra que podría acogerles como complemento de una necesidad puntual, tal es el caso de Cánada por poner uno de los muchos ejemplos, en el que se exige un contrato de trabajo previo a la entrada al país del destino, con ausencia total de antecedentes penales, y con una predisposición a ser devueltos si los argumentos para su admisión como visitantes ocasionales o turistas no convencen. Sin duda una medida de protección que evita el desplome del mercado de trabajo nacional que reduce en gran medida el paro y el desanimo laboral, sin tener que recurrir al aumento de cuotas que no se hayan concebido y prefijado para el bienestar de los ciudadanos que directamente contribuyen a sufragar con sus impuestos la riqueza del país.

Por cierto, para contestar a probables censores de nuestro comentario "navideño", apostillar algo muy importante: Cánada es uno de los países que financia ayudas al tercer mundo en origen, que sería como decir, facilita in situ las "herramientas" para ayudar más y mejor a que las cosechas sean más fértiles, la productividad y los servicios subsidiarios se fortalezcan perfeccionándose para cubrir nuevos sectores de interés ocupacional, controlando contumazmente de que los fondos que destina a tales menesteres de ayuda social no se desvien y caigan en las manos sucias de la corrupción local.

Así de claro y de sencillo. Somos el aladid de la acogida, las ayudas económicas, el derroche en obras faraónicas, los buenachones del lugar, pero somos incapaces de cuidar de los nuestros como tal podría suponerse de un país tan desprendido como es España, haciendo que el paro se transforme en ocupación juvenil, que prosperé con capacidad y ayuda de los experimentados, alentando a trabajar con formación, sin dejar de sorprendernos que algún otro día se haga cargo de firmar un contrato de trabajo como empleador aquél inmigrante al que otrora subvencionamos, dándole de comer y formándole para sustituir a un lumpen de vagos que se han pasado media vida mirando a otro lado.