Crisis en Darfur. Los achaques de África
Publicado el 01 agosto 2012 por Lparmino
@lparmino
Asistencia humanitaria en un campo de refugiados, 2009
Fotografía: Sudan Envoy - Fuente
África fue condenada a sufrir en su piel todas las plagas del mundo moderno. En su corta historia independiente, al menos formalmente que no en la práctica cotidiana, todas las dolencias que acechan a las sociedades en vías de desarrollo se han concentrado en una de las regiones potencialmente más rica del planeta y, sin embargo, sometida de forma constante al hambre, las enfermedades, la pobreza extrema y las guerras. En todo el laberinto africano de despropósitos, de políticas erradas aunque la mayoría de las veces malintencionadas, de injerencias extranjeras de consecuencias nefastas, Darfur constituye un paradigma de especial relevancia. En esta pequeña región del occidente de Sudán se ponen en escena todos los trastornos y penurias que han acechado a África en los últimos cincuenta años. Desde el siglo XIII Darfurconstituía un sultanato independiente que descansaba sobre los beneficios derivados del esclavismo. En la era del colonialismo europeo, a caballo entre el siglo XIX y XX, el Imperio británico se anexionó Sudán con el loable pretexto del abolicionismo, bandera enarbolada para ocultar intereses económicos más mundanos. En 1912, fruto del reparto a tiralíneas del continente, el destino de Darfur quedaba indisolublemente unido al de Sudán, país que accedía a la independencia en 1956. Desde entonces, la región se ha convertido en escenario de una de las guerras civiles cíclicas de mayor duración de todo el continente. El norte musulmán se enfrentaba al sur cristiano, de mayoría protestante y animista, en una guerraen la que entraban en juego importantes reservas petrolíferas.
Campo de refugiados en Sudán
Fotografía: USAID - Fuente
Son muchos los análisis que tratan de resumir las principales causas del actual conflicto de Darfur, haciendo especial hincapié en motivos étnicos o religiosos, incluso económicos. Sin embargo, el conocimiento de las estructuras tradicionales que imperaban en la región puede arrojar luz sobre las raíces profundas del conflicto. Se distinguen dos frentes: por un lado, poblaciones de origen africano, de creencias musulmanas, que tenían como base la agricultura; por otro, grupos árabes nómadas cuya subsistencia se basa en la ganadería. El conflicto era evidente, aunque se articulaban determinadas estructuras tradicionales que evitaban el enfrentamiento armado entre agricultores y ganaderos nómadas. Sin embargo, los desafíos se agudizaban en momentos de sequía y de escasez de recursos.En los años ochenta milicias rebeldes de grupos tribales africanos, también musulmanes, iniciaron las operaciones de hostigamiento contra las autoridades sudanesas. Exigían un reparto más equitativo de las riquezas y del poder, en manos de una minoría de origen árabe, también musulmana pero de pretensiones más extremistas. La inoperancia y la poca habilidad diplomática de Jartum para atajar el conflicto derivaron en una cruenta guerra de guerrillas en las que el Gobierno de Omar al - Bashir proporcionó soporte a violentas bandas de janjaweed, combatientes paramilitares de origen árabe. Su estrategia se resumía en una devastadora política de “tierra quemada” que incluía el asesinato masivo de población de origen africano y la violación de niñas y mujeres. El resultado, contado en miles de muertos cuya magnitud depende de la fuente, se saldó, además, con cientos de miles de refugiados hacinados en vulnerables campamentos en una de las regiones más ásperas del planeta.
Misión de la UNAMID en Darfur
Fotografía: Sudan Envoy - Fuente
Fueron muchas las autoridades que alertaron en el año 2004 sobre la crisis humanitaria que amenazaba la región con más de dos millones de desplazados y refugiados, azotada por bandas de milicianos y de ladrones se dedicaban al asalto violento de campamentos y de la ayuda humanitaria. Una acción tan rutinaria como la recogida de leña o de agua en los escasos pozos de la zona suponía un considerable riesgo, especialmente para las mujeres. Desde el Consejo de seguridad de las Naciones Unidos se dictaron diversas resoluciones que trataban de forzar al Gobierno sudanés a desarmar a sus milicias y aceptar un proceso creíble de paz. Sin embargo, el complejo puzle diplomático incluía intereses de Chad, la República Centroafricana, Libia o Uganda. Por otra parte, desde determinados sectores, se denunciaba la hipocresía de EE.UU. o Gran Bretaña, cuyas acciones sólo estaban motivas por la creciente preocupación de la intrusión económica china en la región, especialmente rica en reservas petroleras. Recientemente (31 dejulio de 2012), el Consejo de Seguridad de la ONU ha extendido el mandato por un año más de la UNAMID, la misión de la Unión Africana y de la ONU en Darfur. Mientras, la grave crisis que vive en la actualidad en Sahel puede tener un desenlace más que dramático en Darfur donde, por desgracia, se refugian todos los desarreglos atávicos del continente africano.Luis Pérez Armiño