Esta mañana me encontraba yo con la ponzoña del que ve un día de lluvia después del sol, cuando vía @danieltercero me llega la noticia de que "pelo al aire Güemes" deja colgado a Esperanza Aguirre en su ascenso a la escalinata de la Moncloa.
No lo voy a negar, me sorprende mucho. Pero cuando digo mucho, es mucho. Ignorante de mí, pensaba que Juan José Güemes, ex consejero -ya- de Sanidad de la Comunidad de Madrid, sería el Jesús Caldera de Aguirre en su ascenso al Gobierno de esta nación.
Y es que siempre he pensado que la 'estética política' es casi el 50% de los votos, y sí, por desgracia creo que es así. Ante esto, que duda cabe que Güemes era un político con "percha". Buena imagen, simpático, una persona de esas que hace amistad fácil con una cámara de fotos o televisión.
La pregunta es, ¿ahora qué? Bueno, en lo que respecta a la arena política, su sucesor será Javier Fernández-Lasquetty, hasta ahora consejero de Inmigración y Cooperación. Él, pasará a la Consejería de Sanidad.
Pero más allá de los simples movimientos políticos, me planteo la cuestión de una posible crisis en el seno "aguirrista". No es lógico que un primer espada abandone el barco cuando ni siquiera se ha iniciado la batalla.
Los hombres de Aguirre: Granados, González, Güemes... ¿Ahora qué? Habrá que estar atentos a su más fiel seguidor Ignacio González y sus movimientos.
Sinceramente no sé qué habrá pasado, pero que es raro... lo es.