De todas las reuniones a puertas cerradas entre Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, la de ayer debe haber sido la más tensa y fría. Con Francia deslizándose a la línea de los países “out”, es decir, de aquellos que perdieron el control y muestran balances deficitarios y son objeto del escarnio de las agencias calificadoras, Alemania ha pasado a ser el único país de la UE que aún mantiene la frente en alto. Aunque hay que señalar a la señora Merkel que esto no será por mucho tiempo dado que Alemania registró en el segundo trimestre de 2011 el peor dato de crecimiento desde el 2008. Y esto no ha sido por su ayuda a los países periféricos.
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