Crisis migratoria: situación kafkiana en Keleti

Por Desde Hungría
Difícil de entender las decisiones (y sobre todo, la ausencia de decisiones) de las autoridades húngaras respecto a la situación de los miles de inmigrantes irregulares agolpados en las inmediaciones de la situación de Keleti.
Ayer, durante todo el día, se vivieron preocupantes escenas, entre ellas varios pequeños enfrentamientos de los inmigrantes con la policía antidisturbios enviada a la zona, protestas espontáneas y finalmente, por la noche, una manifestación más multitudinaria de los inmigrantes, que exigían poder entrar a la estación y tomar los trenes rumbo a Alemania. La policía bloqueó el acceso a Keleti durante todo el tiempo. Los momentos más tensos se vivieron cuando un pequeño grupo de la extrema derecha se acercó a la plaza, aunque por fortuna, la cosa se redujo a un intercambio de insultos entre los voluntarios húngaros que asisten a los refugiados y ellos, que terminaron marchándose.


Momentos de tensión entre los inmigrantes y la policía húngara vividos durante ayer miércoles. fotografías: index.hu
Finalmente los ánimos se fueron calmando, y sobre las diez de la noche la mayoría de los protestantes se fueron a dormir en el gigantesco campamento improvisado en Baross tér, que ya es una mezcla de tiendas de campaña, gente durmiendo en el suelo, niños jugando y correteando, furgonetas de televisión aparcadas, voluntarios repartiendo comida, agua o pañales, curiosos, turistas y policías. Se corrió el rumor de que el gobierno preparaba un tren especial para trasladar a los inmigrantes al campamento de refugiados de Debrecen (este de Hungría) a la mañana siguiente, pero no era oficial, y finalmente no ha sido así. De todas formas los inmigrantes ya habían aclarado que no pensaban tomar ningún tren que no fuese a Alemania.

Manifestación ayer por la noche en la estación de Budapest-Keleti.fuente: index.hu
Pero lo más surrealista ha ocurrido hoy. A primera hora de esta mañana la policía se ha retirado de la entrada a Keleti, momento en el que muchos inmigrantes han aprovechado para entrar a la estación con la intención de subirse a los trenes rumbo a Austria y Alemania (tal y como sucedió el martes), pero la sorpresa inesperada es que MÁV (el servicio de ferrocarriles nacional húngaro) ha suspendido de manera indefinida, los trenes a Europa occidental (Austria y Eslovaquia). Los inmigrantes, desconocedores de esta información, han comenzado a entrar desesperadamente a todo tren que veían. Posteriormente, en pleno caos, y con los vagones totalmente llenos, se ha comenzado a informar (primero en húngaro, después en inglés), de que ninguno de los trenes iba a Austria ni a Alemania, sino que tenían destinos internos o internacionales orientales (Rumanía y Serbia).
Poco a poco algunos inmigrantes se han ido bajando a los andenes, donde están esperando al anuncio del restablecimiento del servicio. Mientras, en este momento, se está debatiendo todo este asunto en Bruselas. El primer ministro húngaro ha afirmado que "Turquía y Serbia son países seguros para aquellos que huyen de la guerra".
Esta misma mañana, andenes de Keleti con los inmigrantes a la espera del anuncio de algún tren rumbo a Alemania.fotografía: index.hu
Quizás la imagen más simbólica: en medio del caos de inmigrantes y periodistas se ve una locomotora de MÁV con una grafía decorativa en la que se lee "1989. Europa sin fronteras", en conmemoración al 25 aniversario de la caída del muro de Berlín.fotografía: hvg.hu
La verdad es que este caos está escalando a niveles incomprensibles incluso para los que hemos tenido que sufrir durante años el servicio de ferrocarriles húngaro (MÁV). El servicio interno es deficiente, pero el internacional ya es de por sí lamentable un día normal. Aún recuerdo viajes internacionales saliendo desde Keleti 5 horas después del horario de salida previsto, largas paradas en medio de la nada, cambios inesperados de tren en andenes de mala muerte (siguiendo a la muchedumbre, con revisores hablándonos en checo a los cuales no entendíamos absolutamente nada, y la gente corriendo porque muchos iban de pie en el pasillo del tren y ahora tenían la oportunidad de "pillar" asiento en el nuevo tren). Así que en esta situación, con miles de inmigrantes, que reine el caos no es tan sorprendente, aunque sí lamentable.