Casta política e instituciones corruptas
Hace tiempo publiqué un artículo acerca de la realidad del voto democrático Se repite hoy mucho, a raíz de los escándalos indecentes e inmorales de casta política y también de casta bancaria, que la democracia no consiste únicamente es votar. Esta apreciación no es nueva.
Recordemos a Chesterton, para quien el hecho de que al hombre de hoy se le deje votar no es sino la prueba más evidente de que el hombre corriente es considerado poco menos que un alfeñique político. Chesterton considera que el clan de los que controlan el cotarro están dispuestos a otorgar el voto al hombre corriente porque hace tiempo que descubrieron que ese voto no le otorga ningún poder, pero no están dispuestos a dejar que pueda pagarse su casa o eduque libremente a sus hijos, porque esas cosas sí le otorgan poder [1]. Creo que hoy todavía esto tiene vigencia.
[1] Gilbert Keith Chesterton, Los límites de la cordura. El distributismo y la cuestión social, El Buey Mudo, Madrid, 2010.
Gilbert Keith Chesterton