Salimos (mi madre, mi hija de 4 años y yo) a comprar algunas cosas que nos hacían falta y fuimos al centro de la ciudad donde vivo, Villavicencio, es una ciudad intermedia relativamente pequeña, en el oriente de Colombia, debido al calor nos detuvimos en un establecimiento a beber algo frío para saciar la sed, al poco tiempo pasaron unas personas eran tres mujeres, una niña de unos 5 años, un niño de 8 años y un hombre con un coche de bebé que llevaba como pasajera una nena de unos tres años, el hombre se dirigió a nosotros pero no entendí muy bien lo que decían, posteriormente una de las mujeres que iba en el grupo se acercó diciéndonos que si les podíamos colaborar en algo pues eran venezolanos, mi madre le dio algo de dinero y caminaron unos pasos más para buscar un poco de sombra y así descansar, el hombre se inclinó sobre el cochecito, en señal de cansancio, pero también de desconsuelo, pues por lo poco que pude apreciar a lo lejos, lloró un poco pues me lo indicó su ademán limpiándose los ojos, decidimos con mi madre comprar para los niños unas galletas con un jugo, animé a mi hija a acompañarme y llevar el pequeño obsequio para los niños, un señor que se percató de todo ello se animó a enviar de su parte una gaseosa de tamaño familiar para saciar la sed de los adultos, esta familia lo agradecieron mucho.
No pude evitar pensar esa noche, en la impotencia que aquel hombre ante sus hijos, sin poderlos alimentar y someterlos a salir de su casa e irse con rumbo incierto, huyendo del hambre producto del desabastecimiento, también pensé que muchas de estos venezolanos, dejaron sus casas-la gran mayoría son propietarios de sus casas- pertenencias, sus trabajos y lo más preciado, sus familias en busca de poder abastecerse con alimentos y enviar el suficiente dinero a los que dejaron atrás para que puedan también comprar los productos de primera necesidad que les hacen falta.
En estos momentos, Colombia está desbordado por la cantidad de migrantes que ingresa que profundiza aún más los problemas internos existentes y la imposibilidad de brindar una ayuda suficiente, sin embargo, existen dos puntos importantes, primero que muchas de estas personas que ingresan tienen raíces colombianas, es decir, son colombianos que retornan a su país de origen y segundo, la migración es un fenómeno que debería ser asumido por la comunidad internacional, teniendo en cuenta que hace unos años Chavez tendió la mano a muchos países de Suramérica y el Caribe que ahora callan.
Dentro de las soluciones que se barajan es una intervención en Venezuela, para sacar del Gobierno a Maduro e imponer como casi siempre sucede, un presidente títere que lejos de ayudar con la crisis de desabastecimiento, causaría una situación caótica a nivel social pues es evidente que en Venezuela existen una polarización que desembocaría en una guerra civil.
En cualquier planteamiento de solución a un problema, se busca cuál es su causa básica y cuáles las causas de fondo, en mi opinión la solución pronta es abastecer de alimentos y medicinas a la población venezolana, sobre ello debe concentrarse la comunidad internacional, esto frenaría la migración y aliviaría a la población, mientras internamente chavistas y opositores, se acercan en sus argumentos para salvar a su país, esto me parece más lógico y sobre todo civilizado, que estar fraguando una invasión y causar una guerra que es altamente probable se salga de las manos y lleve a toda América a un campo de batalla que nadie quiere vivir.
Estamos en el Siglo XXI repleto de adelantos tecnológicos, que permiten unir a las gentes de diferentes continentes mediante las comunicaciones, medios de transporte y otras facilidades que hacen que no seamos tan extraños unos seres humanos de otros, entonces porque en este punto de nuestra evolución no optamos por tomar decisiones y sobre todo acciones que den como resultados situaciones diferentes a lo que se ha vivido en los dos últimos siglos, ya es hora de permitir que la inteligencia, que supuestamente nos permite ser los dueños del planeta, esté por encima de la barbarie de la guerra, es cierto que las alternativas pacíficas, pueden ser más difíciles tal vez, pero definitivamente más humanas.
En mi opinión de madre y de ser humano, la solución a la crisis venezolana debe ser una solución HUMANA, pensando en los niños que ya bastante han sufrido los errores de sus mayores como para conocer los rigores de la guerra, ¿tendrá lógica resolver un conflicto generando otro de una mayor proporción, sabiendo que en el pasado esto nunca ha funcionado?