Cuando Jocelyn Brandon murió (a una edad muy avanzada, como es lo normal en el caso de los magos), legó su casa a su nieto Andrew. Andrew siempre ha adorado la casa, en especial sus vidrieras mágicas. Pero ahora, al verse como dueño de ella, se da cuenta de que las cosas no son tan fáciles como pensaba: para empezar, están la guardesa, tiránica y vengativa, y el jardinero, maniático y gruñón (pero que, al menos, tiene una hermosa sobrina llamada Stashe). Además, no hay que olvidar a Aidan Cain, un huérfano de doce años que aparecer un día para solicitarle protección de unos seres mágicos (entre oros, Titania, Oberón y Puck) que lo persiguen, ni al señor Brown, un siniestro vecino que trata de invadir la barrera mágica que protege la casa.
La portada y la contraportada
Me declaro fan del trabajo de arte que ha hecho Nocturna con la cubierta del libro. Es una vidriera, con todos sus colores. Además cada parte de la misma define una parte del libro. Otro añadido es que la portada brilla, excepto en las zonas que representan las juntas de los cristales que son mates. Me ha parecido diferente y original.Lo bueno
La magia
Me gusta cada elemento mágico de Diana. ¡Nunca me hubiera imáginado cuán mágico podía ser llevar gafas! Los perros cambiantes son una delicia, así como los incomprendidos gigantes, o las malísimas hadas. Me gusta el universo de Diana hasta tal punto que me trasladaría para ver las cientos de cosas que esconde por ahí.La pluma de Diana
En general me gusta el estilo de Diana. He de confesar que nunca había leído nada de ella, e incluso que en las primeras líneas su peculiar pluma me asustó. Pero, la verdad es que se lee a la velocidad de la luz.Ni fú ni fa
Los personajes
Oberón y Titania al estilo Diana Wynne Jones
No creo que se merezcan una valoración negativa, porque lo que realmente creo es que han sido muy muy descuidados. Siento que se ha optado por dar pinceladas de personajes sin profundizar en quienes son y qué les lleva a actuar como lo hacen. El caso es que a la autora le gusta a más no poder soltar pensamientos entre diálogos, pero se dispersa, parece que ha decidido que no era cosa suya el profundizar en sus personalidades y que este aspecto lo ha dejado al azar.Lo malo
Un Deus ex machina como una catedral
Esta es de esas cosas que me hacen gritar como una loca cuando pasan. Hasta ahora he tenido la suerte de leer cosas que, a mi juicio, son bastante buenas (y unos cuantos regulares de esos que no me releeré). Lo que no me había pasado jamás de los jamases es encontrarme un Deus ex machina en un libro.Deus ex machina es una expresión que se generó en el teatro clásico para hacer referencia a la introducción de una deidad en la obra para resolver un conflicto. En castellano: cuando pasa algo mágico/divino/extraterrestre que resuelve la obra obviando la coherencia interna del texto. Esto es exactamente lo que pasa con el final de este libro. Un WTF! como una catedral que no tiene sentido ninguno (excepto el de decepcionar al lector).