La intención de Casillas era buena, pero quizá con su decisión puso en un apuro a la reportera. "Es una desconsideración al trabajo de Sara Carbonero", pero no contenta con esto siguió soltando veneno:
" Más que a Casillas, al que le pudo faltar tacto, la directora de Ameco Press señala sobre todo a Telecinco. "Carbonero es subdirectora de deportes y la ponen a pie de campo a hacer entrevistas, lo que podría hacer cualquier redactor. No tenían que haberla puesto ahí, había otros puestos donde hubiera podido desarrollar su trabajo".
Y ya remató sus afirmaciones soltando toda la bilis, de la que busca protagonismo y no lo encuentra por mucho que se empeñe, en la siguiente afirmación:
Carbonero le han hecho ejercer "el papelón de florero", pero que ella no tiene ninguna culpa: "Ha caído en una trampa. No es dueña de sus actos porque trabaja para una cadena que tiene una línea determinada que explota hasta la saciedad lo morboso".
Carbonero tendría que haberse preocupado por mantener un poco más las distancias. "Se ve que ella y Casillas están enamorados, pero dejarse ver en el avión junto a él es entrar en una dinámica que alimenta el morbo. A ver cómo te vas a quejar luego de que te persiga la prensa". ¡Que mala es la envida, por Dios, que mala!
Pues que me borren, que salvo por las anchuras, yo de igual que esa, nada de nada.
Claramente se le ha visto el plumero, ella que va de feminista y defensora a ultranza de la mujer, le corroe el éxito de Sara, y nada mejor para demostrarlo que atacarla, por algo tan inocente e ingenuo que un beso inocente, entre dos enamorados. ¿Es posible, me pregunto, que a ella le pase lo que a Susan Boyle, que nunca la han amado, ni besado?
Venga Cristina, mándale tu curriculum a Telecinco, que con esa mezquindad y esa envidia, seguro que desbancas a la Esteban.
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