Rocafort criticó que no es razonable que una ley “especifique que la sedación deberá ser siempre profunda y hasta el momento de la muerte e ir acompañada de la retirada de hidratación”. Aunque esto será lo habitual, “puede haber algunas situaciones concretas en las que puede estar indicada una sedación temporal, más o menos profunda, y en las que pueda ser razonable mantener la hidratación”. Aclaraó que “la sedación no es una mera elección del enfermo o de su familia”. Aquí “la opinión del médico es esencial porque se trata de una indicación médica, que evidentemente requiere el consentimiento del paciente”. Y es que la sedación tiene unas indicaciones y procedimientos que están recogidos en la lex artis, que marca una obligación jurídica y deontológica para los médicos.
Lejos de la eutanasia, convenientemente aplicada, la sedación se convierte la sedación es una herramienta terapéutica muy eficaz para aliviar el sufrimiento al final de la vida.