Había muchas expectativas puestas en este nuevo título de Steve McQueen tras atrapar a la crítica con sus dos anteriores propuestas: "Hunger" y "Shame", ambas interpretadas por Michael Fassbender. No ha defraudado en absoluto en esta historia basada en hechos reales que vuelve a mostrarnos el lado más oscuro y vergonzoso del ser humano. El director vuelve, una vez más, a explorar aquéllo que no nos gusta ver ni sentir, lo que nos produce rechazo, lo que ocultaríamos como un gran secreto.
Algunos planos son tan duros y reales a la vez, que será difícil poder borrarlos de nuestra memoria. Steve McQueen consigue que salgamos de la sala con un nudo en el estómago gracias a un relato crudo y brutal que nos hace despreciar al ser humano. No duda en mostrarnos la peor versión del hombre, la maldad sin excepción donde aplicar dolor es la única forma de esconder los defectos y problemas.
Se apoya el director nuevamente en su actor fetiche, el incombustible Michael Fassbender. Aunque su personaje es secundario, se vuelve a demostrar que es una dupla muy bien avenida. El actor irlandés de ascendencia alemana interpreta a uno de los "señores" más temibles y racistas del condado. Un papel que bien le podría valer una nominación de la Academia y que ya se ha asegurado un lugar muy especial en su extensa filmografía.
Pero sin duda el actor con mayúsculas es Chiwetel Ejiofor que interpreta a Salomon, protagonista indiscutible de la cinta. Magistral desde cualquier punto de vista, su rostro inalterable no esconde una mirada triste y perdida. La lucha por la supervivencia, rodeado de muerte y tortura, cobra un nuevo sentido en la figura de este hombre que lucha por su libertad.
Por tanto, nos encontramos ante una película que dará mucho que hablar. Su presencia en los próximos Oscar es prácticamente segura y podría ser la gran triunfadora de la noche. Pero más allá de los premios y reconocimientos, el mensaje que nos traslada "12 años de esclavitud" sobrevivirá a lo largo del tiempo y siempre servirá como ejemplo de lo que jamás se deberá repetir.
José Daniel Díaz