Imagina ser un profesor de química en una escuela de secundaría situada en algún lugar del Reino Unido, llevas 15 años enseñando a alumnos que cada vez te hacen menos caso y ni siquiera tus mejores experimentos animan las clases. Así que decides entregar tu carta de dimisión a la directora, pero, en el momento de hacerlo, te topas con la nueva profesora de francés que te hace cambiar totalmente de opinión.
Bien, ahora imagina que ese profesor de química no eres tú sino David Walliams y que la nueva profesora es Catherine Tate. Vale, ahora deja de imaginártelo porque es real, es el comienzo de Big School
Antes de comenzar con la crítica en si, quisiera decir que la hago para que le deis una oportunidad a la serie y os pongáis ya mismo a ver la primera temporada, de tan solo 6 episodios, para así engancharos ya a la segunda temporada que se estrena el próximo viernes día 29.
Big School es una sitcom británica, dirigida por Tony Dow(Hunderby (2012)), que nos sitúa en una escuela de secundaría en la cual los protagonistas no son los alumnos sino los profesores.
La serie empieza, como he comentado antes con el profesor de química, el señor Church(David Walliams), queriendo dimitir pero al final cambia de opinión al toparse con la señorita Postern(Catherine Tate). A partir de aquí tanto él como su rival en el colegio, el profesor de gimnasia Gunn(Philip Glenister), intentarán seducir a la nueva profesora de francés, cada uno usando los métodos que cree más efectivos y provocando así un montón de situaciones bastante divertidas. Entretanto también habrá muchos momentos cómicos con los alumnos, la directora y los demás profesores, destacando al jefe del departamento de ciencias, un pobre anciano al que le falla bastante la memoria, el sentido de la orientación y bueno, casi todo lo demás.
No os voy a engañar, la serie no es el súmmum de la originalidad pero si que sabe aprovechar lo que tiene para sacarnos alguna que otra risa y mantenernos bastante enganchados, por lo menos conmigo lo ha conseguido. El humor de Big School no es ni el de los hermanos Marx ni el de los Monty Python, es sencillo; directo y nos ofrece situaciones por las que nosotros mismo podríamos pasar. Porque aunque sea muy divertida, todos sabemos que nunca viviremos una situación como la de la parte contratante de Un día en la opera.
Algo que quiero comentar, que me gusta bastante, es que todos los episodios empiezan con un experimento del señor Church con el cual intenta animar a los alumnos, aunque al final el único animado en la clase sea él. En estas situaciones estad atentos a la misteriosa y extravagante ayudante del profesor porque es única.
Aunque su punto fuerte no es precisamente el reparto, la serie cuenta con algunos nombres de bastante importancia, como son: Frances de la Tour o Philip Gleniste. Pero que llama especialmente la atención por otros dos nombres: Catherine Tate, Donna de Doctor Who, y David Walliams, uno de los principales artificies de la maravillosa Little Britain. Estos dos actores, de hecho, son los que más protagonismo tienen así que es normal que sean los que deben captar la atención de los espectadores.
Lo malo de la serie, al igual que comenté con Spaced, es que dura poco. La primera temporada solo tiene 6 capítulos de menos de media hora cada uno, y la segunda temporada parece que tendrá la misma duración. A parte es poco probable que la serie pase a tener una tercera temporada, lo cual nos dejaría un total de 12 episodios. Vale, sí, está bien porque así en una tarde podemos hacernos un buen maratón para echarnos unas buenas risas y luego seguir al día siguiente con nuestras series de 100 capítulos, pero desde mi punto de vista no estaría nada mal que Big School tuviera algún que otro capítulo más por temporada, y a esto también lo aplico a otras series británicas que siguen este tipo de modelo de emisión en vez de seguir uno similar al de Misfits o Doctor Who. Me gustaría que opinarais sobre esto en los comentarios.
En definitiva, Big School es una serie que debéis ver si os gusta la comedia porque se puede ver rápido, pasas un par de momentos agradables y te ríes. Además si te va el romanticismo aquí encontrarás un poco de eso así que lo tiene todo para pasar esa tarde en la que no tienes nada que hacer.
Espero que la segunda temporada siga el mismo camino de la primera y acabe como una serie excelente y no como el típico intento de comedia fallida tras renovar temporadas.
Mi nota para la primera temporada de Big School es 9 sobre 10.
Bojan ( @CineSingular )