"ADOLESCENCIA" ("ADOLESCENCE", REINO UNIDO, 2025) DE PHILIP BARANTINIEn el cierre de esta impresionante miniserie de cuatro episodios, el atribulado padre de familia Eddie Miller (el siempre exquisito Stephen Graham) se encuentra llorando desconsoladamente en la habitación de su hijo, en su cama, y le habla al peluche cualsi fuera su pequeño Jamie (extraordinario Owen Cooper), un lo siento hijo, para culminar con un "debi haberlo hecho mejor", es un momento devastador por lo que significa, Eddie al fin acepta lo que era inevitable, y al mismo tiempo toma la responsabilidad que tiene en la situación, dejándolo ir, debido a que no tiene otra opción, es un momento poderoso, catártico, en especial después de ese doloroso último episodio, donde seguimos un día cualquiera, bueno en realidad no tanto, ya que es el cumpleaños de Eddie, pero para todos los demás si, los que lo acosan, los que se burlan, los metiches, los que los apoyan y los que juzgan en todo momento. Eddie, su esposa Manda (Christine Tremarco, muy bien), y su prudente hija casi adulta Lisa (Amelie Pease), intentan festejar el cumpleaños pero una serie de circunstancias no se lo permiten, unos delincuentes vandalizan su camioneta, una ida a la ferretería termina de la peor manera posible, y una llamada los hace volver a la terrible realidad, pero al mismo tiempo existen instantes hermosos, como ese recuerdo infantil que cambia el ambiente y el tono con el tema "Take On Me" de A-ha, y esa platica final entre la pareja de esposos, donde salen las ideas, confesiones, torturas internas y conclusiones que uno mira desencajado, por lo que significan, y por como se realizan, para la llegada de su hija que les da un panorama más amplio e increíblemente maduro para la edad que tiene, no hay nada que hacer, aceptarlo, sufrir las consecuencias, y amar con mucha fuerza a los seres queridos. Los cuatro episodios nos muestran diferentes puntos de vista en tiempos diferentes, lo que le da a cada uno de ellos un tono particular, pero que encaja perfectamente con el global de la serie, todos ellos están filmados en enfermizos planos secuencias que demuestran una planeación y organización muy quisquillosa de Barantini, como ya lo había hecho en la notable "Boiling Point", así que uno mira este impresionante logro técnico con la boca abierta, y solo puede imaginar lo que se tuvo que ensayar y conjuntar para lograr tal nivel, y en la mayoría de ocasiones da en el blanco, el que no existan cortes, y que la cámara siga sin edición lo que sucede le da mucha potencia al conjunto, en el primer episodio vamos y venimos en ese pandemónium burocrático, en el segundo en una pesadilla escolar aun mayor, y en el último episodio seguimos de manera constante a la familia, como encimosos voyeristas sin reparo, en el tercero nos centramos principalmente en un solo cuarto con dos personas, pero aún así funciona, por la fuerza de las interpretaciones, y aún viene lo mejor, toda esta perfección técnica no estorba a la narrativa. En ningún momento el aspecto técnico se pone por encima de la historia que vemos, el guión de Jack Thorne y el propio Stephen Graham, es tan bueno que no nos deja distraernos, y las actuaciones solo hacen que tome más fuerza lo escrito, de Graham no hay nada que decir, se conoce su capacidad, pero todos están a su altura, o casi, y el caso del adolescente Owen Cooper es algo especial, no solo esta a su nivel, sino que él siempre está por encima de los demás, gana los duelos interpretativos, y como en el caso del tercer episodio, se impone a Erin Doherty como la preocupada y curiosa psicóloga de buenas intenciones, , de tal forma que verlo cambiar de tono, pasar de la dulzura a la ira, o de la seriedad al chantajismo se siente completamente natural, su interpretación es extraordinaria, y puede generar genuina compasión, para al minuto siguiente dar un miedo tremendo al mostrar su verdadero rostro. El primer episodio es el más confuso, pero muy interesante, conocemos los personajes, la situación, y hay una poderosa revelación al final, la policía detiene al pequeño Jamie de 13 años por asesinato, parece un chico frágil y dulce que esta perdido frente a esos cínicos policías, en tanto su familia no tiene idea de que hacer, todo parece un atropello a los derechos e intimidad de una familia, y una exageración contra un pequeño, conforme avanza todo notamos que nuestras predisposiciones son incorrectas, el segundo sigue a los detectives del caso, Bascombe (Ashley Walters) y Frank (Faye Marsay) durante todas las vueltas que dan por la escuela, donde los chicos saben la tragedia que sucedió, pero no podría interesarles menos, están ahí para echar desmadre, reírse de todo, agarrarse a fregazos, estar pegados al celular, y burlarse de los profesores visiblemente rebasados, con algunos de estos a los que de plano les vale madre, e incluso tomando a juego/burla la tragedia que acaba de suceder "¿Te parece que alguien está aprendiendo?" pregunta el detective a su compañera, "parece un maldito corral" se contesta a si mismo. El tercero es el más tenso y estresante, un duelo entre Jamie y su psicóloga, donde el chico poco a poco muestra su plumaje, mucho más complejo de lo que uno pudiera pensar, ya que aunque ya conocemos la realidad del asunto no queremos creer lo que vimos, como la psicóloga Briony, el chico es demasiado amable y dulce, quizá ni siquiera tiene claro lo que hizo, o tiene algún problema mental, conforme avanza el episodio notamos la astucia e inteligencia del chico, pero también los deslices que tiene, y de los que es perfectamente consciente, el cuarto y último ya mencionado, es un doloroso viaje al centro de una familia destrozada, que todavía no sabe como paso ni que sigue. Al final, esta historia no da respuestas fáciles, porque no las hay, ¿Qué razón puede existir para cometer un crimen? ¿De que sirve que descubran porque sucedió? ¿Ello impedirá que ocurran otros? ¿Cómo evitar el bullying normalizado en redes? ¿Existe una manera de recuperar la empatía perdida de la humanidad? Queda claro que no, porque ya estamos muy lejos de la nueva realidad, de los más jóvenes, esos que viven principalmente en el internet, en las redes sociales, no conocemos su actuar ni su forma de comunicarse. Como se lo deja claro el hijo del detective, el acosado Adam (Amari Bacchus) a su padre cuando le llama para platicar con el a solas - "me dio pena verte tan perdido" - le suelta a forma de sentencia, justo después de explicarle toda la situación, la clave esta en Instagram, pero no saben el lenguaje, él si, y le hace saber que unos simples emojis esconden algo mucho más perturbador y cotidiano, avalado por todos, y tan conocido que causó uno paliza frente a ellos sin que nadie interviniera, un mundo terrible con insultos modernos, con la peligrosa manosfera, y la indiferencia de todo el mundo, el acoso escolar, la persecución, las burlas, y todo un mundo que apenas comprendemos.Frente a esto el detective al final entiende de que va todo, y se queda para invitar a su hijo a comer, a platicar con él, a interesarse por él, a convivir dándole tiempo, porque esta acaso es la única manera de conocer a los hijos, de ayudarlos, de protegerlos, de quererlos, de entablar relación con ellos para que no desvíen el camino ni se sientan solos, el policía lo entiende y hace lo correcto, mientras la cámara sube al cielo y mira todo desde arriba mientras suena "Fragile" de Sting en la versión de Aaron May y David Ridley, como si Dios viera todo, sufriendo por nuestras acciones, de pronto la mirada/cámara se acerca al estacionamiento donde sucedió la desgracia, vemos a Eddie bajar y dejar unas flores a la víctima mientras su cara esta desencajada, para él es demasiado tarde, pero para algunos de nosotros no... Calificación: Excelente