No hay ni como defender la lógica de esta película, una tras otra desafía la incredulidad de nuestra parte, para aceptar lo que sin duda es otra película sin contenido. Ahora, se preguntaran si es suficiente entretenimiento para que valga la pena, y me temo aceptarlo, pero sí lo es.
Nick Cassidy (Sam Worthington) es un ex-policía quien se ha escapado de prisión y ahora se encuentra a punto de tirarse al vació desde un hotel en Manhattan. No pasa mucho tiempo para que se haga todo un escándalo en las calles, con decenas de personas observando a que el individuo se haga papilla en el piso. Pronto llegan las fuerzas del orden para solucionar el asunto y Nick solicita la presencia de Lydia Mercer (Elizabeth Banks), un agente que se especializa en este tipo de situaciones. Desafortunadamente, la última ocasión que intento salvar a una persona, no tuvo un final feliz.
Todas las escenas en el edificio mientras estos dos individuos conversan, están bien diseñadas para crear suspenso y lo más importante, es que nos llega a importar su destino. Me queje demasiado con “La Última Noche de la Humanidad” de la bola de tontos corriendo por las calles de Moscú, si sólo hubieran sido más amigables entonces podría haber sido más divertido el asunto. Entiendo que existen casos en donde no es necesario ser una obra maestra para encontrar algo de diversión y este fue el caso de esta cinta.
El filme depende mucho de la actuación de Worthington, si no les llega a simpatizar, entonces estarán constantemente mirando el reloj. En ocasiones su interpretación llega a la exageración, no sólo él, si no en general todo el elenco se ve contagiado por esa característica, pero eso es culpa del director Asger Leth, quien busca el mayor impacto posible, con secuencias que hemos visto cientos de veces. Hasta intenta darle un toque de misión imposible a la pareja interracial de Joey (Jamie Bell) y su superdotada novia Angie (Genesis Rodríguez), con quienes compartimos una buena parte de las escenas de acción. Por eso la crítica especializada detesta esta cinta, porque detectaron al instante los problemas, nunca se convencieron de la trama que tienen serios agujeros en su lógica y menos fueron satisfechos con las mismas secuencias de siempre.
Sin ofrecernos muchos detalles, el libreto de Pablo F. Fenjves es una bola de fideos de la cual es mejor ni darle la importancia requerida, de lo contrario te arruina por completo la experiencia. Conforme transcurre el tiempo nos damos cuenta que la trama es ridícula, tanto desarrollo para resultar ser otra operación secreta para destruir a un millonario, pero al menos intenta sorprendernos con algunos giros que da la historia y lo más importante es que no llega a aburrir.
En lo personal, que bueno que fue hasta el desenlace donde llegue a mi límite de aceptación por lo inverosímil que resultan las aventuras de Nick, otro poco y vámonos para fuera de la sala de cine. Creo que los creadores intentaron hacer su mejor esfuerzo, se nota en la mayor parte del tiempo y es por eso que resulta ser un buen pasatiempo. Ya buscarle adjetivos de asombro, seria exagerado, es una película palomera que cumple, eso es todo.
Calificación: ★★½☆☆
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