Antes de asistir a la proyección me vino a la mente la fantástica película de David Pinillos, "Bon appetit". Un amor entre fogones de un español y una suiza que ofrecía un plato sabroso y nada edulcorado. Desde el principio, ya observamos que "Amor en su punto" sólo utilizaría el tema culinario como algo anecdótico para centrarse en la relación de los dos personajes protagonistas.
Lamentablemente esta película no alcanza las cotas de la interpretada por Unax Ugalde. Su guión es mucho más simple y los personajes nadan en los anchos mares del estereotipo. Él (Richard Coyle) es un hombre de éxito, con mucha facilidad para ligar gracias a su fama y su carácter pero incapaz de mantener una relación más allá de los seis meses, y ella (Leonor Watling) es una mujer que ha sufrido mucho por su anterior relación y que tiene un punto de vista mucho más hippy y social del mundo.
Nos falta un trasfondo mucho más interesante, unas vidas más creíbles y mayor intensidad en los momentos más dramáticos. Las comedias románticas funcionan cuando logran hacer reír y llorar al espectador a partes iguales. Necesitamos empatizar con la pareja y vivir esa relación como si fuera la nuestra pero en ningún momento eso llega a pasar. Continuamente nos situamos lejos de ellos, como si viviéramos un cuento cuyo final ya lleva años escrito.
Siendo justos la película entretiene y nadie se llevará una sorpresa desagradable al verla, pero creo que es necesario pedir algo más que se salga de lo evidente. El objetivo de cualquier película debe ser quedarse en la psique del espectador durante tiempo y recordarla siempre por algún sentimiento que nos haya generado y, evidentemente, "Amor en su punto" acabará en el olvido de las películas que pudieron ser más de lo que fueron.
José Daniel Díaz