Crítica: 'Arthur Christmas: Operación regalo'

Publicado el 25 noviembre 2011 por Cinedania @cinedania

Atención!! Cuidado!! Hay una niña que quizás no reciba su regalo de Navidad. En un imperdonable olvido Santa Claus ha dejado a Gwen, de un pueblecito de Inglaterra, sin la bici que tanto ansiaba. Menos mal que su hijo menor, Arthur, hará todo lo posible por evitar que ese desliz arruine las Navidades a esa niña.
Sony y Sensacine han tenido el gran detalle de invitar a este blog a un pase muy especial de esta película animada. Utilizando la tecnología 3D y aprovechando al máximo las posibilidades que ofrece el mundo de la animación, "Arthur Christmas: Operación regalo" no decepcionará a sus principales clientes: Los niños.
Su trama es original, ingeniosa y divertida. Carece de ritmo en algunos momentos pero los pequeños de la casa no entienden de esas cosas. Ellos verán un entretenido espectáculo de inocencia y magia, algo que alimente su imaginación. Ni siquiera los chistes dirigidos a adultos les harán perder el hilo de la historia.
Sin perder el carácter puramente infantil que rodea esta trama, podemos leer entre líneas valores a tener en cuenta. El hermano mayor es codicioso, el abuelo vengativo y el padre desmotivado lo que componen unos personajes llenos de carencias en contraste con un ser inocente, espontáneo, bondadoso y responsable como Arthur.
Con los divertidos elfos, trabajadores incansables al servicio de Papá Noel, nos damos cuenta de la importancia del trabajo en equipo. Su incansable labor vela por un objetivo fundamental: Que todos los niños tengan su regalo al levantarse. Cuando eso se ve interferido por una entrega no realizada, todo su mundo y sus responsabilidades se tambalean ante la llegada de un posible fracaso. Ese mensaje de trabajo bien hecho y profesionalidad en todo lo que realizas es necesario que lo interioricemos todos.
De todas formas, no nos engañemos. La Navidad ya está aquí, los niños irán al cine y este estreno está dirigido a que pasen un rato ameno, se rían y salgan creyendo en todas esas ilusiones que la edad va matando.
José Daniel Díaz